soberano, que no lo han creado, ni pueden destruirlo. El hombre que ejerce la
autoridad no es sino ministro de Dios para el biem> y continuó: <Hay quienes están
destinados amandar, otros a obedecer y para constituirse en soberano se requiere el
consentimiento del pueblo manifestado en la obediencia>>, porque «El pueblo no
delega; consiente»
(E
asadre 1983: III: 238-239).
Las sorprendentes expresiones de Herrera fueron recibidas con horror por los
liberales. Al día siguiente --el29 de julio- apareció en
El Correo delPerú
nn artículo
firmado con las iniciales de B.
L.,
que correspondían a las del escritor ymagistrado
Benito Laso, impugnando las ideas de Herrera y dennnciando que eran inculcadas
a los estudiantes del Convictorio Carolino. La polémica se desarrolló en torno a la
soberanía y a los derechos de los ciudadanos, la primera se sustentaba, según Laso,
en la sociedad política como, <da reunión de nn cuerpo determinado, reglmnentado
e independiente de los hombres libres que gozan de su propio derecho y capaces
por sus aptitudes físicas, morales e intelectuales de concurrir por sí al mantenimiento
de la asociación y a la seguridad pública e individual de los asociados». Respondió
Herrera que «el pueblo, esto es, la suma de los individuos de toda edad y condición,
no tiene la capacidad ni el derecho de hacerlas leyes. Las leyes -sostenía el prelado–
son principios eternos fundados en la naturaleza de las cosas», que no pueden ser
entendidos por el pueblo.
SANCARLOSYGUADALUPE
Después, el debate se polarizó entre San Carlos y el Colegio Nuestra Señora de
Guadalupe, fundado 1841, bajo los auspicios de Domingo Elías y Nicolás Rodrigo.
En nn principio, los estudios comprendían las enseñanzas que ahora se dan en la
secnndaria, después, en 1851, pasaron a cursos superiores de nivel universitario
que, como en San Carlos, eran completados con la graduación profesional y
académica en la Universidad Mayor de San Marcos. Los cursos superiores eran
matemáticas (cálculo, geometiÍa, trigonometiÍa, análisis geométrico e infinitesimal)
astronomía, mecánica, física, filosofía (que incluía lógica, moral, teodicea e historia
de la filosofía), derecho natural y público, interno y externo, derecho constitucional
y economía política. Entre los profesores contaba conJosé Salazar, Carlos Lissón,
Juan Goytizolo, Mariano Urzueta. En 1843 entró a dirigir Guadalupe el médico,
historiador y maestro español Sebastián Lorente, quien llmnó para enseñar a
exallllllllos destacados de San Carlos como a los hermanos Pedro yJosé Gálvez.
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