hÓ!pitales
para a111bos
sexos, en donde.
la cla$e 111enes•
terosa encuentra oportuna1nente los medios de resta–
blecer
su
salud
6
descanzar en paz
det1r1a
vida
transi-–
toria, consiguiendo morir con
los auxilios espirituales
y
consuelos
de la
relijion,
1o que por desgtaciacno a.lean..
zan muchos miserables, abandonados
~1
sí mismos.
En esta provincia se
fornió
en años
pasad.osun
hospital por direcciou del finado relijioso descalzo Pa–
dre Prieto de motu-propio,
y
lo fomentaba por m.edio
de limosnas: lns ventajas que ofrecia este
estableci–
miento lhunaron
la
atencion del Gobierno de
aquella
f'poca por Jo que le adjndic6 gratis la área
que
ocupa–
ba
ya
el
edificio costeado
con erogaciones que hizo
el
público,
y
por muerte de su ftmdador fué nombrada
é
instalada una junta de Beneficencia, para que lo vijilase
y
mejorase en cuanto fuese posible,
encargando
al (Jo–
biemo
Litoral prestase su proteccion al lleno de este
objeto: en su virtud se le asignaron algunos beneficios
insignificantes que formaban una pequefía renta, ape–
nas para sostener ocho
ó
diez enfrn·rnos; tnas
luego
la pohlacion se aumentó considerablemente se hicieron
mayores lns necesidades, al paso que las precarias ren–
tas quedaron ilusorias por estar sujetas al capricho
los
diferentes personajes
que se encargaban del G·obier–
no
Litoral,
y
no pudo
ya
subsistir á
de
Jos tra–
bajos que emprendieron los
1niernbros
de aquella
Bene–
ficencia, que para llenar su
1nision
haciari continuas
erogaciones espontáneas para cubrir
el
deficit, miéntras
se
elevaban algunas peticiones al
Supremo
Gobierno,
rec13:ma_ndo algunos ramos propios c¡uc
en Ja
provmcm.
Tan, loables dernandas frieron desoidas con la rna:
yor
indolencia, y
la Junta
convencida de sn
insuficm1-
cia para
Hevar al cabo una obra tan grandiosa por
fi1!–
ta de protcccion [sin duda por las oscilaciones políti–
cas que grasaban al pnis] tuvo e] sentimiento de disol-