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D
esconocimiento y
prejuicios que
entrampan
el
inicio de
la gran
T
ransformación
El comportamiento individualista
El comportamiento individualista nace como reflejo de la Repar-
tición Individualista del resultado de la actividad económica. Un
tipo de repartición en donde el propietario de la empresa o sus
accionistas son los únicos dueños del 100% de las utilidades que
genere dicha empresa.
Este comportamiento se agudiza en una economía de mercado, en
donde existen miles, millones, de dueños de empresa en constante
competencia. Cada uno de ellos quiere ser el “amo” de la actividad
económica a nivel mundial.
Pero este comportamiento individualista de los empresarios se ex-
pande a todos los integrantes de la sociedad. Incluso la clase social
dominada se impregna de este tipo de comportamiento. La expli-
cación se encuentra en que la Repartición Individualista es el tipo
de repartición hegemónico dentro de la actividad económica. Hace
creer a los obreros, empleados, jefes de familia, a los grandes y a
los chicos, que se puede llegar a tener igual o mayor cantidad de
riquezas que los mismos todopoderosos que manejan la actividad
económica a nivel mundial.
Los estudiantes, olvidándose de su compromiso con su sociedad
e incluso su familia, dedican el 100% de su tiempo disponible a
convertirse en los profesionales que requiere el sistema. De esta
forma piensan estar seguros de gozar los privilegios de la clase
dominante. Lastimosamente, solo algunos, muy pocos, llegan a la
gracia divina; mientras que el resto queda regado en el camino, con
traumas y desilusiones.
De igual forma, los ciudadanos se miran en el espejo de las rique-
zas y sueñan con la casa propia, y todas las comodidades del mun-
do moderno. Para ello no hay otro camino que aumentar su nivel
de ingresos, cueste lo que cueste. Es así cómo están dispuestos a
vender su alma al diablo para conseguirlo.