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D

esconocimiento y

prejuicios que

entrampan

el

inicio de

la gran

T

ransformación

y los burgueses. Así como ahora, la contradicción fundamental no

está entre el empresario capitalista y el obrero, sino entre el em-

presario capitalista + el latifundista + el gamonal, y el obrero +

campesino + desempleados + pueblos originarios de la selva.

Es decir, la contradicción fundamental se encuentra, actualmente,

entre aquellos que manejan el acto económico desde hace diez mil

años, y los otros que lo sufren igual tiempo. En buena cuenta, la

contradicción fundamental se encuentra entre la posición hegemó-

nica de la Repartición Individualista del resultado de la actividad

económica y la posición hegemónica de la Repartición Igualitaria.

Una forma predominante de repartición que muere, y otra forma

predominante de repartición que nace.

En el caso del enfrentamiento entre los burgueses y los latifundis-

tas, la Repartición Individualista no estaba en cuestión. Los dos se

servían, y se sirven aún, del mismo tipo de repartición para extor-

sionar a sus obreros los unos, y a los esclavos y siervos los otros.

Cada uno de ellos pertenecía a un sector de la clase dominante.

Los latifundistas pertenecían al sector económico de la agricultura

primitiva, que la evolución de los procesos de trabajo lo había ya

enterrado. Y los burgueses pertenecían al sector económico que

representaba la naciente forma de trabajar: el proceso artificial de

producción que hace eclosionar a la economía de mercado.

En cambio, actualmente, el reto de la Historia se encuentra en el

enfrentamiento entre la Repartición Individualista y la Repartición

Igualitaria, entre el bienestar individualista y el bienestar general;

entre las grandes desigualdades socio-económicas y la igualdad de

oportunidades, desde el nacimiento hasta la muerte.

Esta lección de la Historia no la hemos retenido porque insistimos,

por un lado, en hacer frente a los “capitalistas” sin crear y desarro-

llar las bases económicas de la nueva economía y, por otro lado, no

llegamos a comprender que el problema fundamental se encuentra

en la Repartición Individualista del resultado neto de la actividad

económica.