- 2S-
ciando la fama apócrifa que, acaso más de tlnd.
vez, se compra
á
precio de vil mercancía.
VIII
La
11
Choronica historie.l", al hablar de Luna.–
rejo, ha consignado en sus páginas el siguiente
paso: "Predicando un dia en la catedral advir.
11
tió que repelían
á
su madre que porfiaba
á,
'' entrar y dixo: sefioras, den lugar á esa pobre
11
india que es
mimad.re. Y al punto la llama•
" ron convidando sus tapetes. Esta humildad
''le grange6, demás de la esoogida literatura
y
"erudición de que le dotó el cielo, muy copio·
,, sos honores con cúmulo de méritos
á,
otros
11
más sublimes.''
Todos los cronistas
y
compiladores de allen•
de los tiempos consagran al doctor Luna.rejo el
tributo de merecidél elogios y admiración que
suben en fragante espiral de incienso al templo
de la. inmortalidad decretada para su genio (2).
~2} J~os
dos caballeros de la orden de Alointara don
Francisco
Vnlverde y don Diego
de
Loaiza y
Z~l'ate,
compa·
triotea
y
dlscipulos de Medrano, también esc1il1iero11 poea1u