III
P R
á
LO G O.
Aunqu;de igual utilidad todos los asuntos de
esta obra , es sin duda alguna la Astronomía el de
~ayor elevacion. En
las
investigaciones propias
de
los <lemas , sigue el hombre quieto en
su
morada,
y
á
la hora que m~jor le acomoda el hilo de sus
tareas ; pero l?ara dedicarse
á
las
investigaciones pe-
.c_uliares
á
la Astronomía , tiene que abalanzarse, po~
decir
lo así
,
al :firmamento , inventar muchísimos ins–
trumentos ,
y
discurrir varios métodos, que todos re–
quieren extraordinaria aplicacion , constancia y sa–
gacidad ;_tiene que pasar la mayor ..parte de
su
vi–
da separado de los <lemas hombres , gastando
las
noches en la contemplacion de las apariciones ce–
lestes ,
y
los dias -reparando con el sueño el me–
noscabo que causan en sus fuerzas sus ' afanes astro-
,
.
-
nom1cos.
Sof! ,
pues ,
dos en general
los
principales pun–
tos que deben llamar . la atencfon en un trat.ado de
ésta
ciencia , aunque muy sucinto ; las éircunstancias
de la Astronomía , y los trabajos del Astrónomo.
Me
detendré
á
p.intarlos aquí , , traduciendo , si acierto,
algunos . pár.raf0s de la ·historia de la Astronomía de
~ ~Mr. Bailly , obra que no puede ménos de dexar ple...'.
,.namente satisfecho
á
un lector atento. ,
y
·en
la qual
a
4
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