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i~.
sable~que -el
·bor-de. de
la
uvea que está pegada
á
la cor–
nea , tenga fibras
circular_es para
poderse
contraher ,
del
misn-io
modo que_
el borde de
la
uvea
que
está
al
rededor
-
'de la
pupila. ,
¿De ;qué serviría
una
parte, tan
fuerte ·
y
tan
'adheren.teá
la cornea , si no tuviera nna
fuerza
muscular
ea·paz de
superar una: resistencia considerable
?
Por
consi–
guie nte
todo
obliga
á
creer
que dicha
protuberancia tiené
rib ras circulares ;
y
por esta razon
Jurin
la
llama
el
Anu!o
grande muscular de la uvea.
3 3 8
Si
con estas
observaciones j~mtamos lo
que
di
7
gimas de
la capsula
ó-
vayna
del
cristalino ,
y
tenemos:pre–
sente
que
los
pliegues ·
ciliares
que
están
introducidos
y;
,afianzados
en
el
borde de
la
porcion anterior
oe
di.cha cap–
-sula , por
el
otro estremo están
unidos
con
la protuberan-:-
-cia de que
estamos
hablando ,
y
son fibras musculares
ca"."'
paées de · ~ontraerse ,
bien
que
por
otra parte mas
débile_s
.que las. del iris ·; se nos hará · facil enterarnos de la esplica–
·don que
dá Jurin
de
las
mudanzas
que
el ojo padece,
quan:–
;do queremos ver distintamente
á
todas las
distancias.
Su
1esplicacion·
es
como
sigue.
Desde
luego,
quandq
el
ojo está
en
reposo,
y
no
hacen:
--sus
.-partes
fuerza
alguna ,.
vemos
distintamente
los.
,obgetos
pequeños
á
una
distancia
media detérminada, que ,
respec–
~to de la
n~ayor
parte ~e
los
'Ojos, es d~ unas
I
5
ó
I
6
pul–
gadas.
Esta
es la
distancia
á
la _
qu'al se
lee
comunmente
un.a letra median~ ,
y_
vemos perfectamente sin
que
el o}o
-haga
ninguna _fuerza ,.
Si