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o·
ELEMENTOS
Fi.g.
tantos puntos distintos, quantos
hay
en el obgetn que repre~
sen ta;
y
dicha imagen
no
es,
del
todo perfecta sino en quan–
to
dicl:os puntos no se
COl)fonden ,
están
muy
distintos ,
Y.
guardan
la misma colocacion respectiva que los puntos
cor–
respondientes del obgeto. Luego quando los vértices de los
manojos no caen exactamente en el fondo del ojo ,
y
quan–
do los rayos detenidos antes
ó
despues de su reunion , están
esparcidos en espacios circulares mayores
ó
menores ,
la
imagen queda confusa ,
y
por consiguiente tambien la vi–
sion. Esto sucedería indefectiblemente, si
el
ojo no padecie- _
se mudanzas respectivas
á
las diferentes distancias de los
qb_getos. Porque si se mantuviese siempre en
·e1
mismo esta–
.do , no se juntarían
muy
exactamente en el fondo del ojo
sino los rayos de los obgetos que estU\'
1
íesen
á
cierta distan–
cia. Los rayos de los obgetos que estuviesen
á
una distan–
cia menor , tendrian su punto de concurso mas allá de
di–
cho fondo ,
y
los de los obgetos mas distan tes 1.e tendrian
nus
acá. ~ando los obgetos están cerca, es preciso que los
humores del
ojo
se pongan mas
conve_xos , á
fin
de romper
mas tos
rayos ,
y
acelerar
su reunion ;
y
quando los obgetos
están lejos, es necesario que se aplanen ,
á
fin de quebrantar
menos los ráyos ,
y
estorvar que se junten
demasiado
pronto.
~izá en el primer
caso
se prolonga ·,
y
en ~el segundo , se
acorta el globo mismo del ojo p 3r
la
accion de los músculos,:
3 3 5
Aunque parece cierto que ha de padecer ·
·el
ojo .
algunas
mudanza~
para
que
podamos ver
á
diferentes dis–
táncias , hemos de confesa·r que no sabemos
á
punto fijo en
·que