E·LEMENTOS
Fig.
segunda
y
tercera
cuya diferencia es infinita.
· 2
8 o.
Sea
BCDE
el
ege del
ojo
infinitamente prolongado;
BC, BD
,
BE
,
las r~es- diferentes distancias del obgetó
á
la cornea
AB
;
y
CA, DA, EA,
tres rayos que dán en
un punto qualquiera dad? de la cornea,
á
cuyo ege el rayo
EA
es paralelo-. Es evidente que para ver distintamente los
tres puntos
C, D
,.
E
es preciso que los rayos
CA, DA,
EA
se refrínj,an succesivamente de modo que cada uno de
ellos yaya
á
encontrar
el
ege del ojo en -
el
mismo
punto
F
'de la
retina.
3 4 4
Supongamos prímero , dado
el
punto
F,
ó
lo
que es lo mismo , la longitud del ege
BF
inv~:riable; se
viene
á
los ojos que la cantidad de la refraccion ha de ser
'diferente respecto de cada rayo, y -porque suponemos
la
dis–
tancia
CD
igual con
CB
ó
CA,
el ángulo
CAD
es .
igual
al ángulo
CDA,
y
por consiguiente al ángulo
DAE. ,
Por
esta razon ,
si
imaginamos que cada' rayo
vuelve
succesi–
vamente atrás desde el .punto
F
á
los puntos
C,
D
,
E,
la
cantidad toral de sus refracciones ·
ha
de
menguar
desde
luego todo
el
valor del ángulo
CAD
,
y .
despues todo lo
que
vale su igual
DAC;
luego las mudanzas de figuras de ·
las diferentes superficies refringentes
del
ojo han de ser con
poca
diferencia
la.s
mismas. , sea
quando.
el
obge-to. se apar–
ta desde
C
á
D
,
ó
quando se aparta desde
D
á
E~
Supongamos.
ahora
invariables
las.
figuras de las
supe-rfides refringentes. ,
y
sea
F
sn focus pri_~cipal ; esto
es. , el punto donde
los
rayos. q,..1e'
dan paralelos en 1~
cor–
nea.,