Teologfa de los Caldeos
,y
Persas.
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sable, nadando sus Predicadores en los arro–
yos de sangre con que inundaban
la
tierra , su–
jetando no solo los Paises Infieles , sino tam–
bien los Christianos, consiguiendo de unos,
y
ot.ros no !eves triunfos , de que nuestros pa–
dres fuerQn vktimas ,
y
de que aun hoy la Es–
pana
siente no pocas quiebras.
111
En el
VIL
siglo de
la
Era Christia–
ftla,
Abubeker, Principe Arabe , se hizo due–
.fio de
la
Persia , introduciendo en ella el
Ma–
·hometismo. Los antiguos Persas , que amaron
la
libertad de su antigua religion , se fue–
.ron en _muy numerosa multitud ,
y
se estable–
cieron por las riberas del rio lndo , que da
nombre
a
toda la India Oriental ,
y
en las cer–
canfas de Cambaya en
la
Provincia de Guza–
rate , donde consiguieron una prodigiosa mul–
tiplicacion, que se foe extendiendo por toda
Ia
India. Se quedaron no obstante otros en su an–
_tiguo suelo establecidos
en el
Erak , antigua–
mente Parthia , en
el
Kirman ,
y
cercanfas del
golfo Persico , sin inquietud en su religion por
los Arabes Mahometanos , como acontecio
a
los Christianos Espaiioles en el tiempo de la in·
vasion de los Moros,
y
sucede hoy
a
los Grie–
gos ,
y
otros Christianos Orientales. entre
lo~
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Tur-