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Discurso II.
dadas enteramente todas sus Ieyes ,
y
gobier-·
no. Sin embargo , todo el ct1mulo de adversi..
dades, que vinieron sobre estos Pueblos, no
foe
capaz de extinguir su ahtigua religion ,
y
au–
toridad del Zendavestan,
6
Libro sagrado en
que se halla estampada. Para proceder con al..
guna claridad
en
las breves noticias que de su
actual estado vamos
a
referir ' debemos volver
al hilo donde hemos dexado el compendio de
la historia Persiana.
1 1
o
La Predicacion Evangelica no hizo
en la Persia los progresos que consiguio en el
Romano lmperio. Logro si la lglesia en Ia Per–
sia varios Martires, que rindieron su vida
en
las crueles persecuciones que sus Reyes sus–
citaron contra los Christianos;
pero su sangre,
no
f
µe
tan
fecunda como en las tierras Roma–
nas. En estas servian sus corrientes de exaltar:
la fe : en
la
Persia desgraciadamente consi–
guieron quasi extinguirla. Todas las esperan–
zas que podia prometer la vuelta de los tiem–
pos , se desvanecieron con la opresion de los·
Arabes , introduciendo en la Persia, como por
.todos Ios paises acometidos por su furor , la- ·
-
su
persticion l\jahometana , no por
via
de doc-'
trina'
y
persuasion ' sino
a
duros golpes de
~a
...