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D'iscurso
II.
tu ado todo fuera de los Hmites de su arbitrio?
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9
Estos discursos pod
ran ,
si se quiere,
mover
a
quien no tenga noticia de la revela–
cion; pero supuesta la revelacion, del todo des–
vanece. Sabemos _que el hombre
foe
criado por
el Supremo Autor en su gracia ,
y
original jus–
ticia , sefialfodole para su habitacion un parai..
so' , 6 lugar de delicias, en que manteniendo–
se , cesarian todos los des6rdenes , tanto en Io
fisico , como en lo moral , que acabamos de
enunciar. Sabemos igualmente no
foe
criado
sin fuerzas para mantenerse ; antes bien con
las suficientes para asegurar su gracia ,
y
po–
sesion. Sabemos que por soberbia , e inobe'"".
diencia pec6 ,
y
se hizo indigno de todas las
riquezas que le estaban prevenidas , contrayen–
do al mismo tiernpo una debilidad , tanto en
lo moral , co·mo en lo fisico , que motiv6 en
la naturaleza sus consiguientes des6rdenes. Sa–
bemos finalmente, que estas calamidades ·se de·
ri V-aron
a
todos
SUS
descendierites ; es to
~S
-,
a
todos los hombres, que extendidos .por todo el.
Orbe, descienden por propagacion de estos.pri,
meros pecadores , experimentando las
rnisrna~
turbaciones, tanto en lo fisico ,
COfillO
.en
lo
moral , que ellos mismos originalmente expe-
ri-