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Disct1rso I.
ta obra , habra lugar de advertirlo. Ya se co–
·noce que .siendo ·estas Teologias . tan diferen–
tes como las Naciones ,
y
su modo de pensar
tan di verso como los
AA.
no es posible hablar,
si
no
queremos confundirlo todo , de todas
juntas , debiendo hacerlo de cada una en par–
ticular;
lo
que haremos
en
quanto
a
aquellas
que figuraron , y aun figuran mas en el mun-
.do
en los siguientes discursos , ordenfodolos
segun la conexion que pide su inteligencia.
_ , 8
No pre.tendo que quanta diga se tenga
par·
verdad infalible. Hablamos de sistemas
teologicos de Naciones antiguas , que flore–
cieron. muchos siglos antes que nosotros , cu–
ya
proyied"Cld de idiomas
yac:e
sepultada en–
tre su
pol
vo ,
y
cenizas , por mas que aun
hoy se pretenda su inteligencia , sobre la que,
y
simbolicos enigmas ya los antiguos Escrito-
.res variaron;
y
vad,an mucho mas los moder–
nos ,
distant.esde nosotros muchos espados de
' tierra ,
y
mares, cuyos
idioma~
distan , no me–
nos
del
nuestro en su genio,
que
los largos tra–
mos que nos dividen , rnyos, usos ,
y
cos~um~
bres, tanto de los que. fueron , como de los
que
r
.
~xisten
' solo sabemos por confusas relaciones,
comunment~
poco exactas ,
Y,
no
pocas_
ve~es
J
·
.L
en-