6
Discurso
I.
en sus oportunos, lugares haremos
memoria~
Estos foventores de las religiones , y cultos,
que por todas partes dan los hombres en su par..
ticular supersticion al Altisimo,
y
de quienes
reyibierot~
conoci
1
mientos
t~ologicos
, coa .qtie
§e
cr_eea i;1struidos de la divina Naturaleza, no
menos son reputados , y venerados -por sus
disc;ipulos
~
como tenidos por impostores por
los que prefesan, eontraria religion '
y
secta.
Ila
y
tambien en, todas ,
6
en las mas. princi–
pales de estas sectas sus templos , sus idolos,
sus sacrificios , su gerarquia secular , y ecle–
siastica ,
SU$
Monges , y Anacoretas , - sus
petegrinaciones , . sus a.yunos , sus festivida–
des ,
}e
lo- que debe causarnos no poca ad–
,miracion. , hay muchos ritos ,
y
practicas en
que se ve una exterior similitud .con
las
de
Ia
Iglesia Romana , bien que todo desfigura–
do con las mas groseras supersticiones ,
y
de
que hablaremos en sus oportunos
lugar~s.
Si
en varios discursos nos pasman sus delirios,
no en menor reputacion tienen ellos nuestros
pensamientos. El uso les hace desaparecer su
deformidad : son muy poderosos , .
y
poco co–
nocidos los fueros . de Ia costumbre , que no
en vano se llama segunda Naturaleza , y el
~
I
amor