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Discurso I.
de otra. Por mas que todas las Naciones con–
vengan en la existencia de .un Dios , apenas
hay Nacion con Nacion sobre los modos de
explicar la Divinidad,
y
mucho menos sabre
el
modo de darle
el
culto que le es debido.
Lastimosa cosa es , que el reducido numero de
racionales criaturas , que habitan este globu–
lillo ' este atomo '
6
indivisible punto ' com·
parado con el Uni verso, se _hape entre
~i
tan
discorde en su Teologia ; esto es , en las ex–
plicaciones que hace de este Ser , que solo es,
y
por quien todo es.
Sin
duda , ninguna Na–
cion erro , -ni errani jamas en el objeto una
vez que con cordura
fo
busque ; pues diri–
giend~udos
al universal Padre de todo lo
criado, 6
al universal
origen
de todo , sien–
do este rinico , no pudieron , ni podran rne–
nos de encontrarle en sus indagaciones.
i
Que
digo encontrade? Quando
el
mismo
a
sf mis–
mo
a
todos se manifiesta ' como
ya ...
en otra
parte suficientemente hemos explicado.
3
Cada Nacion mira como
un
deber el
pensar de Dios de un mismo modo , los hi–
jos como los padres,
y
los preseates como 'fo
hicieron·sus mayores;
pero
:H
mismo paso pa..
rece
lo
hace tambien de pensar diferente-
men-