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litarios de nuestras casas ,
y
alli nos
sigue el mundo : Nos vamos al de–
sierto,
y
allí nos sigue el mundo.
Cerrémos cien puertas ; echemos
cien candados , cien rejas , ó cien
tapias sin respiradero, ni luz :la ha..
bitacion será impenetrable; pero el
mundo aun alli nos ha de seguir.
Recojamonos dentro de nosotros
mismos; el mundo nos sigue, y nos
concedemos , y atribuímos todo el
honor que deseamos ,
y
aún el
que
nos niega el mundo.
iQué haré yo, pues, para dejar
el
mundo , que me sigue , que se hos–
peda dentro de mí,y que me roe las
entrañas
?
Y
con todo , es preciso
GUe
diga yo con Jesu-Christo:
ra
no soy del mundo;
porque su Ma–
gestad ha dicho:
Ellos no son del
mundo
,
como
yo
no soy del
mundo.
¡Oh
Jesus!
~Lo
podré
decir, quan-
do huviereis dicho
por mí:
ro
no os
Joann.xvu.
pido que los saqueis del mundo., sino
1
S
•
que los guardeis del mal;
esto es,que
les quiteis
el espíritu
del
mundo?.
04
DIA