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der
á
su
Maestro ,
no
ereía
en
él
desde el principio :
y
que sin em–
bargo de toda la confianza que le
havia mostrado , recibiendolo
en
el numero de sus Discipulos ,
y
confiandole tambien la custodia de
el dinero que le daban los Pueblos
para su mantenimiento , no hacia
mas que tolerarlo , para darno!
egemplo de paciencia.
iPero dirémos , que la vocacio11
de
Jesu-Christo no produjo efetto
en
este traydor
~
l
Si n
n<L:q.
qu~iera
creído, havria dicho desespe.cado:
...
Pequé entregando la sangre inocen-
Math.xxvn.
te
,
y
huviera buelto
á
los
J
udios el
4•
l ·
precio de su iniquidad
?
Parece que ha creído de buena
fé ,
á
lo menos por algun tiempo;
y
haviendose excitado en él la anti-
gua creencia, en vez de aprove..
charse de ella para su salvacion,
sirvió para su condenacion : por-
que si huviera penetrado aquellas
palabras que dijo :
Pequé entregan·
Ibi~<
do
esta sangre inocente,
havria
vis-
N
l
to,