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1/agamos
al
ñomhre rl
nuestra
irna..·
gen.
Acaba , pues , el retrato ;
im~
prime en
tí
todas las facciones de
aquella divina semejanza.
Quite~
mos ,
y
arranquemos tnas ,
y
mas
lo que nos desune ,
y
di
vide de
nuestros hermanos : dejemos
ló
que
es propiamente nuestro ; es
decir,
nuestros propios deseos , nuestros
propios pensamientos ,
y
nuestro
amor propio ,
y
entonces no no3
quedará sino el bien comun
, quees Dios , en quien
noso~i:os
se.re....·
mos una misma cosa.
ae1 peru
DI A CXLVII.
El hijo de perdicion.
Joann.
XVI
1~~
I l.
Q
Uando
ro
estaba
en el mundo,
Jon.
los guardaba en vuestro nom""
bre,
y
he guardado los que
rne disteis: ninguno de ellos se per-
dió
,
sino tansolamente el hijo
d~
T(,)m. IY.
N
per~