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mog de ser de Dios ;
i
pero quién
la puede quitar , sino nosotros mis–
mos con el pecado
~
Tiempo ven–
drá en que destruído eternamente
el
pecado en nosotros , tendrémos
por tan imposible dejar de cifrar
toda nuestra alegria en la eterna
felicidad ,
y
perfeccion de Dios,
como que Dios deje de ser dicho–
so ,
y
perfeB:o ;
y
entonces seré–
mos perfeB:amente dichosos ,
y
no
nos podrá nadie arrebatar nues–
tra alegria.
Regocijemonos al misrho tiem–
·Pº
de que
J
esu-Christo
ha
ya
en–
,trado en
la
Gloria de su Padre :
Sí
.
d'
..
. .
Joann. x1v.
me amarats
,
ice,
os regoctjartats
t.8.
de que buelvo
á
mi
Padre,
porque
.siendo mi Padre mayor que
ro,
e11
.quanto á la naturaleza que he to-
mado , bolver á
mi
Padre , es res-
tituirme al centro de
la
magestad,
y
de la fidelidad.
Es
Dios una naturaleza dicho...
s~
.,
y
perfeéla,
y
al mismo tiempo
benefica ,
y
beatificamente ;
y
el
H4
amar·