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violentas, qué
pa~
,
y
qué alegria se
te infundirá al instante.
¡
Oh Dios
mio
!
¡Yo empiezo
á
vivir desde el
punto que vivo para vos,
y
me
he
abierto las puertas del Cielo
!
La verdadera vida es amar
~
Dios,
y
esta vida se compraba–
rata , aunque cueste muertes,
y
tra·
bajos.
D 1 A
CXXIX•
..Jt
1'•"11
'tl'llegria
que no n{)s pueden
~itar.
Joann. xv1.
22.
.
N
Adie os quitará vuestra ale-
Joanq.
xv1.
gria.
i
De qué procede nues-
i
i.
tra alegria
?
de nuestra felicidad:
pues si ciframos nuestra
felicid~d
·en un bien que no nos pueden qui...
tar .,
tampoco nos podrán quitar
nuestra alegria
?
i
Qué es lo que
constituye nuestra felicidad
?
que
Dios .,
á
quien amamos , sea Bien–
aventurado,y Omnipotente;
beatus,
H3
&