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to le dijo, que no podía lo que no
queria aún bastantemente: y
él,
en
lugar de conocer , que una volun–
tad flaca no puede nada , y que
cesa , digamoslo asi ,
de
ser volun–
tad en
una
tentacion , que la exce–
de ; decia osadamente , que podia
todo lo que le parecia querer ;
y
que queria con firmeza hasta cier–
to punto; pero no hasta donde con–
venia para cumplir su promesa. Por
tanto no le dice Jesus:
Tu no pue–
des
;
sino:
Tu
no puedes seguirme
ahora;
y
añadia :
.Algun día
me se–
guirás:
que era decirle, como refie–
re San Agustin : Tu no puedes aún,
porque tu voluntad es debil ; pero
luego podrás, quando hayas recibí-–
do una voluntad mas firme.
San Pedro era justo; porque
Joh.
xn
1.
Jesu-Christo le havia dicho como
10 •
á
los demás :
Vosotros estais lim–
,pios
;
pero
no todos
,
no exceptuan-
do sino
á
Judas. Pero su justicia
todavía
tenia mucho
de
aquella
justicia de la
ley,
que
cre'ia,
que no
ha-