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lla Sangre derramada por nosotros!
¡Qué asombrosa maravilla! Es,
á
la verdad , admirable para noso–
tros ; pero no lo es para el Hijo de
-Dios, acostumbrado
á
hacerlo todo
con sola su palabra.
Estas
curada~
Marc~.
v.33.
y
se vió sana:
Estás
vivo
,
y
le
Joann. x1.
restituyó la vida, que havia per~
43•
44·
dido. Del mismo modo dice :
Esto
es mi Cuerpo:
yá
no hay Pan.
Dice
tambien :
.Esto es mi Sangre
;
pues,..
yá
no hay Vino en el Caliz, por~
que es el Señor quien lo ha dicho.:
Allí está su Cuerpo , aquí está su
Sangre ; pero con separacion : el
Cuerpo de una parte ,
y
la Sangre
de· otra ; porque la palabra fue la
espada, ó cuchillo penetrante, que
hizo esa m1stica separacion~
En virtud de la palabra debería
hallarse el Cuerpo solo sin la San–
gre;
y
si están juntos, ·es
á
causa,
de que son inseparables, desde que .
Jesu-Christo resucitó , porque
yá
no bolverá á morir : mas para im–
primir sobre este
J
esus ,
que·
yá,
no