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cion.
Hemos
pedido
antes
reme•
dio
para los ·pecados
pasados_, aho–
ra le pedimos para los
venideros.
O , Señor
!
no
nos ,
pongais
en
n1anos
de nuestro
tentador.
O, Se..
-ñor
!
En t·igor de
justicia bien pu–
·dierais
permitir al
Demonio ,
que
·cebara en nosotros toda su
rabia,
en
pena ,
y
castigo
de nuestros pe–
·cados. Pero no lo paceis;
y
os
pe-
.
dimos que
no lo
hagais por
vues...
tra bondad infinita.
No es bastante el decir: Y
no
1ios dexes caer
en la
tentacion ;
es
necesario que pídamos , que
no
seamos inducidos:
porque
nuestra
debilidad es tan grande , que si
somos tentados caeremos, o
a
lo
· .·menos
sino cae1nos ,
quedaren1os
muy
lastimados. Y
por
eso el Sal
vador, que nos ha mandado ve–
lar ,
y
orar
para
no entrar en ten-
. tacion , nos
manda pedir
aqui, no
, solamente que no caygamos,
sino
tambien
que no seamos tentados,
ni
inducidos,
y
que
no entremos
n
l ·
t
n-