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·ese
deseo desfalfece,
desmaya,
.suspira
por vuestras
eternas
mo~
radas , por aquella
permanente
Ciudad. Todo se
acaba ,
todo de–
saparece,
todo
huye.
i
Quándo
vere
yo
al que ni se
va'
ni
se
hu-
'ye ,
ni se pasa
?
¿Quándo estar
e
tan
fixo en
el '
que
no pueda
perderle?
i
Quándo
podre
llegar
a
ese
Reyno
Celestial~
Entretanto
reynad
en
mi , reynad
sobre
todos
mis
de-
seos : reynad Vos solo.
Es imposi-
ble servir
d
dos amos
,
ni
a
dos Re-
yes , ni tener dos obgeros domi–
nantes en el
corazon. Servirlos,
es amarlos.
Asi
lo
explica el Hijo
de Dios , que es la Verdad Eterna.
Ninguno puede
servir
d dos amos,
porque
(
dice )
o
aborrecerd
al
uno,
M
th
,
,
L
.
at
•
v •
o
amara al otro.
uego servir
~s
24 •
amar; servir
ornnimodamente,
es
amar de todas las
maneras.
O abor-
'
l
/
\
l
t.
recera a uno,
o
amara a o ro,
no
hay
medio: amar,
o
aborrecer.
Reynad ,
pues , Dios
mio
,
reynad
olo.
Ii
+
H 1-