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que
ven
a
Dios cara a cara ,
a
los
Angeles ,
y a
los
Santos.
Busque–
mos
a
Dios , señaladamente
en el
Cielo ,
porque alli
está en su
Glo–
ria. Amerr1os su
Gloria ,
amernos
su
santisimo
Nombre,
arnemos
su.
Reyno ,
y
su voluntad.
.
Santificado sea el
tu
Nombre.
iQué
otro
nombre
que el de
Pa–
dre
?
Santifiquemos
ese
nombre:
no
nos honremos indignamente
con el
renombre
de
hijos
uyos:
no degeneremos ni de tal Padre, ·
A
i
de tal nacimiento.
¡
QL1é
non1-
bre,
o
Dios
!
Nombre de
Bueno,
poniendo en
el
toda
nuestra
con–
fianza. Nombre
de
Justo , obser–
vando ,
y
guardando
sus justicias,
que
son sus Mandamientos : nom–
bre de Omnipotente, no temiendo
nada debaxo de
sns
alas :
nombre
de
Santo ,
glorificandole como
at
Santo de
Israel ,
y
di
iendole con·
tinuamente:
Santo, Sa1to, S
1
to:
el
Cielo,
y
ta
Tierra e
stc)n lleno1
de
Isai. vr.
3
w1r1estra
Gl~ria
:
sar
tificandon
s
a
Apoc.
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