i~·
que
este
hace'
que todo lo que
ramos , lo
refiramos, lo atraíga ·
mos
a
nuestra conveniencia '
y
utilidad ,
aun hasta
el
mismo
Dios; en vez de
referirnos ente–
ramente
a
Dios ; no
amarnos
sino
por
Dios , no
glorificarnos sino
en
Dios.
Jamcls os olvideis de que, como
Dios
solo es el
motor
de nuestros
corazones ,
y
quien solamente
ins-·
pira en
nosotros
su
santo
amor,
de
el
solo
debemos
esperar uno'
y
otro ;
y
a
el
solo se
lo
debemos
pedir
en Jesu·Christo,
y
por
Je·
su-Christo ,
suplicandole , que
nos
atraíga
ael :
que se interne en no–
sotros: que
disipe
la
profunda
ig–
norancia de
nuestro entendimieri·
to: que venza el
invencible,
y
se..
creto
apego,
que
nuestra
voluntad
tiene
a
los
bienes
sensibles :
que
se
apodere del secreto ,
y
profundo
resorte
de
donde nacen nuestras
resoluciones ,
y
voluntades :
qu~
excite, .
mueva ,
·y
anime
lo
inte~
r1or