('
3
or .de
nuestros
corazones,
y
aquee
a intima parte , que hay en no•
tros mis1nos ,
la
qual ,
excita,
mueve,
y
aníma
todo lo demas.
Que nos
inspire aquella
casta ,
y
deliciosa
deleétacion ,
que
pro-–
duce el amor,
o
es
el
1nisn1Q
amor .; que
difunda la
caridad
en
el fondo de nuestros
corazones,
a
la manera
de
un
balsamo'
o
co$
roo un aceyte celestial ,
para que
desde
alli se
derrame ,
lo
pene~
tre
~
y
lo llene
todo por
dentro,
y
por
fuera~
Entonces.,
penetrados de
reco~
nacimiento de este don
inestima~
ble
amaren1os
mas ,
y
mas a
Dios:
la caridad ira en
aumento ,
y
la
concupiscencia
en.
diminucion
Apoderandose
Dios de
nuestros
corazones por
medio
del
amor,
.
.
'
.
nos u1sp1rara
s1empre
un
nuevo
an10.rsMereceremos
tambien
con
este amor
poseer a
Dios mas ,
a
medida de los esfuerzos , que
ha~
gamos
1
pa1~a
amarle
maso
De