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Desde que Ja priníera Division llegó
á
la
Gudiña·, él
Capitan Alonso con cuarenta homb1 es de
i•agon iba
siempre
á
la vanguardia. El dia anterior hizo noche me–
¿!
ia leO'ua mas adelante ·de este pueblo para cnbrir las a
ve–
nidas del camino de C:ist iUa. El
8
adelantándose
á
la Co–
lmnna de Cazadores de pues de haber
pa
ado ia 1Canda,
~
la
bajada de la cuesta que concluoe
á
Ca tilla, se en–
con
ró
con unos eiento
y
ciucuenta
~ilicianos
que que–
rian defender el paso. E púsolcs que si oo se i'etfraban
:;e
veria precisad
á
u.
ar do la
fücT'Za
1
ara cumplir las
ó1xlene que se
1
Labian dado de
llcghr
á
civcl'OS.
füe–
tiráron
e
muy atentamente
103
mili cid no ,
y
lo de Ara–
gon sig ieron sio peuclerlos de vista basta llega r
·á
1a cues–
ta d Aoi vero.
dqude estaba
el
Conde
qe
'l'orrejo~
COQ
_todas sus .füerzas.
Al
di visar
su
trapa
ni.
ncló
Alonso ha–
cer alto .
á
1a
suya,
él
solo pasó
á
hablú al Coqde para
qne tuvjese
á
b_icn abandonar aquel·puoto, pues clebia
ocuparlo luego la Colmnna que
enia en seguími.enfo.
Contestóle TonejoQ
que
le seria
·muy
scnsi-ble
tener
qne n
ar
de
la
fuerza contra sus misrqos conciudada–
nos,
y
que asi antes el.e
romper las hostilidades con–
sideraba que
se debÜ\
dar el últime paso
ele
reoonci–
liacion e.ntre unos
y
otnos,
para lo
ouol
el
General
Ac5be~o
podía escPibir al Conde de San Ron1ap lo
que
i~1e jo r
le pa1
1
ociese
en
aquella cincunstancias. Esta
idea pareció
nuw
juiciosa
á
Alonso,
y
fué
inmediata–
mente
á
verse oon Acebedo, quien
h
hiendo acoédi<lo
a
lo mismo, volvió
Alon
p
ql carqpamenLo de Torrejon
· .para ·trata¡; del modo con
que
se pondría en manos
de Pol
el
plieg·o (
i
7)
que llevaba.
·Para
el efecto ofreció
'J'orrejon que tenqria en
los
primeros puestos
un
Oficial
fle
toda
su
cQnfi.anza ,
y
que·
é ·te le acompañaría
ha ,
ta
el cuavtcl ge neral.
c01:lfos los dos, salió A.loo o jLmta–
ll'J.ento oon Caballe ro
á
rri
dta noche p ra el Jugar <le
et
eros. Ac¡uel
CQn
el pliego,
y
éste con el obge to de