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modo, la encuentro
yo
en la llegada del C0n·de Cle 'ror–
r ejon , Coronél de la Columna de Granaderos provincia–
les, que salió de l\ladricl en posta con direccion
á
su cnal"
...
t el general. Para mí será siempre el resul tado de alguna
con fe1encia entre los dos la noche antes, en virtud de
las órdenes ó instrucciones que traía Torrejon del Mi–
nisterio de
la
Guerra.
La Ciudad presentaba un aspecto sumamente melan–
cólico. La may r parte de las casas, entre ellas
la
del
Ayuntami ento, cerradas, sin que pareci e en b s llaves
ele esta última , ni individuo alguno de Ja corporacion;
el poco puebJo que se presentaba recelosGi
y
aterrado.
El general A.cehedo mandó publicar un bando, (
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para que t orla autoridad, empleado ,
ó
vecino que des–
de las onee de la noche anterior hubi ese clesamparaGl.o
su casa, se presentase
en
el
preciso t érmino de dos
horas,
y
de no verificarlo asi ·e le declaraba p or mal
cspafi.ol,
y
como tal sujeto
á
la pena consiguiente.
El órden
y
la di scipli ua de la tropa inspfraron pron..
tamen te la debida confi anza
á
todo el pueblo. Princi..
piaron sus habitantes_, como sucede siempre · en tales
ca¡;os, por observar desde lejos con algun recelo, lue–
go por acercarse , pregüntando antes lo que ocurre,
y
finalmente por mezdan;e
y
confundirse con lo mismo
que poco ant es l s inspiraba mi edo. Preguntaban las
novedades que habia,
y
arrebataban
á
los Oficia]es
y
soldados las proclamas que
é.
tos les' presea taban,
y
des–
pues de leerlas concluía n por darse el parabien por la
llegada de la
tropas nacronale .
(*)
.
Deséerrajáronse las puertas de la Casa Consistorial por
no encontruse las llaves,
y
eu el pórtico
y
entrada se
--~-
(-~)
Un hom hrc honra<l
se ¡i r...
s1•ntó
al Genera l
á
decirle qu e la
cárcel estaha ll ena de preso',
y
sin
¡;ua rdÍa.
Diéro nsele \ Js d ehidas
graci as
vo r
a viso tan i mportante
para
la
segu ri dqd
pública '
é
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mediata1nt nte
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g ardía.
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