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iufl.amaba
á
los
aemns
pueblos de Galici.a, que no teniaR
la
desg~acia
ele respirar
d
ayre que inficionaba con su
presencia el Teniente General D. Francisco Javie r
Lo–
sada.
El
Ferrol, Vigo, Pontevedra, Betanzo , S. Salva–
dor de Seran tes, Tuy, villa de Cangas , Bayona, La–
Guardia, Redondela, Puentedeume
y
el partido
del
Mor–
razo declararon casi
á
un mismo tiempo que querían
ser gobernado¡¡ como hombres libres·, como e paüoles
dignos de la Constitucion que supieron d.:irse en medi()o.
de una gi.1erra desastrosa.
Al
mismo tiempo ·
cebedo con su columna iba arro–
jando
ú
los enemigos del órden
á
los confines de Galicia.
Mas
abiendo que el Conde de
S.
Roman estaba fo rtifi–
cando
á
Oren e, no tuvo por conveniente
atacarl~
con
tan
poca
t ropa; y por lo taolo el_día
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de Febrei·o
salió
de
la Coruüa otra columna al mando del Comandan·
t e gener al D. Carlos
E
piuosa. Con este m.otivo queda-
1·oh las Uopas de la Plaza al mando del' di gnísimo Yocal
· d e la Suprema Junta
D.
Manuel Latre.
En
el
Ínismo
dia entro en esta ciuclad el virtuoso
y
sabio
D.
Diego l\Iu–
líoz Torre ro uno de los
qm~
mas trabajaron en la for–
·111acion del sagrado Código que nos rige, razon
pt>r
~
. cual
f
ué
ci'uelmen te perseguido
en
estos seis .
m
os últi–
mos. Venia acompaiiado de
D.
José l\laría Romero ofi-
. cial del Colegio militar de Santiago, que n'o quiso
se~
guir 'al
General Pol
a
Otense. Desde el momento de su
·llegada quedó aquel asociado
á
la Suprema Junta., lo que
se
comuni có
al
público de órden
ele
la misma por' medio
d el Diario.
(3)
Tambien al anochei:er del
~SIDO
día entró
el res to de la lucida tropa de los batallones de Marina
·que babia en ei Ferl'o1, en
cuyo
punto no quedó un sol-
ado pot· considerar la Suprema Junta que no era nece–
sHia la presencia d e las t ropas en un pueblo tan ilustra–
do
y
adicto
a
lás nuevas inslituéiones.
El
regimiento
de
:Burgos babia saliq0o
cl
dia anterior par·a la Conul,a
y
Pu
entecleume.