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Entonces no se reprgducirán las hichas sangrientas como

las de 1870, en cuyo movimiento tomó parte todo el partido

nacionalista, sin que los esfuerzos hechos para alcanzar el

triunfo, diesen á sus iniciadores el éxito porque combatian .

Es indudable que los errores militares del General en Jefe,

impidieron que se sacase mayor fruto de las victorias obtenidas

en los primeros tiempos, y que los reveses sufridos luego, ·

dieron márgen á la terminacíon de la guerra por el tratado de

paz que se celebró.

El cumplimiento de las estipulaciones del pacto de Abril, dejó

mucho que desear en lo que concierne á la libertad del sufragio

electoral y á otras condicíones que nunca se llenaron y que han

sido fuente de los trastornos esperimentados desde aquella

época hasta nuestros dias .

Por eso, ante la sucesion prolongada de los gobiernos de

fuerza que soportamos durante largos años consecutivos, el

ciudadano patriota no puede menos de preguntarse con temor,

hasta cuándo seguirán _perpetuándose semejantes gobiernos, y

si no será tiempo todavia de ver al frente de nuestros destinos

á otros hombres mas capaces de imprimirles acertada di–

reccion.

Desde 1875, el elemento militar, extraviado de su camino, ha

suprimido y suplantado las funciones populares, y el militaris–

mo, dominando en la esfera política, hace sentir su accion

deletérea y perjudicial en nue,,tro pueblo, azotado por la desgra–

cia y aniquilado por una vida contínua de revueltas y combates.

Las lecciones de una dura y prolongada esperiencia, hablan

mas alto y con mas elocuencia que todas las palabras que se

digan -para condenar los estravios y los errores cometidos.

¿Habremos de permanecer para siempre atados á las pasiones

y á las exigencias de la época pasada, como lo estaba á la roca

el héroe de la fábula antigua?

Una palabra debemos á nuestros lectores, antes de terminar.

Deseando dar al público sin demora este libro, hemos apre–

surado su impresion, para que no perdieran su oportunidad

ciertas apreciaciones de actualidad acerca de la situacion del

pa1s.

Nos ha faltado el ti empo material indispensable para corre–

girlo y r evisarlo en forma, y para depurar en muchos casos la

narracion de defectos que saltan á la vista, hijos todos de la

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