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invitados y concurrimos á la reunion, con el deliberado propósito de comba–
tir las tendencias fusionistas que empiezan á revelarse en
todos
los
trabajos
de pacificacion que se inician, y por esa circunstancia, podemos
referir con
perfecta exactitud lo que pasó.
>
Antes de en trar á tratar del objeto que había motivado la invitacion,
el
Sr. D . Juan R. Gomez dió conocimiento de una nota del Comandante Militar
concebida en estos términos:
>
D epartamento de Policia.
• Montevideo, Abril 23 de 1871.
>
Tengo órden de prevenir á V d. que
toda reunían que tenga por objeto
tratar de la paz sobre la base propuesta en su circular fecha de ayer, será con–
siderada como atentatoria al principio de autoridad legal: como conato de trai–
cion á las armas nacionales, y por consiguiente compelidos por la autoridad los
que á ella concurran con igual fin, por considerarlos conspiradores y aliados de
Aparicio, en el mismo seno de la capital.
>
Dios guarde á V d. muchos años.
José Cándido Bustamante.
>
Al Sr. D. Juan Ramon Gomez.
• Los ciudadanos presentes suplieron
con su buen sentido comun, que se
notaba en aquella nota en que se decia simplemente
que los ciudadanos que
concurriesen á las reumºones á que invitase
el
Sr. Gomez serán compelidos
como traidores á la causa 1Vaáonal
y
como c6mplü:es de Aparicio,
sin decir
á que serian compelidos; y suplida esa omision, se ocupó como cuestion pré–
via de su contenido.
>
El Sr. Dr. Magariños Cervantes manifestó que aunque desco nocía el
derecho del Gobierno pa:a inmiscuirse en lo que pudiera tratarse de reu.nio–
nes de carácter completamente privado y por medios absolutamente pacíficos,
opinaba que debía nombrarse una Comision que se acercase al Presidente de
la República y le esplicase el verdadero carácter de la reunion.
• Nosotros dijimos que cuando habíamos decidido concurrir á aquella reu–
nía n, sabíamos á lo que nos esponíamos, y que la nota del Jefe Político ni
nos causaba novedad ni nos hacia
se~gar
de nuestro propósito, pues acostum–
brábamos eje rcitar nuestros derechos sin preocuparnos en lo mas mínimo de
lo que sobre el particular pensara ni el J efe Político ni el Presidente de
la
República; que por
consiguiente, proponíamos, usando de un término parla–
mentario, que se
pasase á la 6rden del dia
y que
se prescindiese
absoluta·
mente de aquella nota.
• Puestas
á
votacion ambas indicaciones, fué areptada
la última
cási· por
itnanimz"dad.
• Ya vé
La Tribuna
que la nota del Sr. Jefe Político estuvo muy léjos de
atemorizar
á
nadie; ella, se lo podemos asegurar como testigos presenciales, solo