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y
entusiasmo que me ví varias veces obligado á moderar, porque consideraba
que solo la defensa
er~
lo que me estaba encomendado, y á ella se hallaba
concretada mi responsabilidad.
" Estoy satisfecho de la decision de los jefes, oficiales y tropa de caballe–
ria, tanto de los que dependen de esta Comandancia, como los del Ejército,
que dejó aquí el General Borges.
" Igualmente lo estoy de todos los señores jefes y oficiales que se me pre–
sentaron desde el primer momento á coadyuvar mis esfuerzos, así como ele
los ciudadanos de este pueblo que no están obligados, acudieron al primer
llamado á aumentar la guarnicion, en union de los empleados civiles que
observaron la misma conducta.
" A.
la consideracion del Superior Gobierno, espongo el proceder observado
por todos.
Creo que los enemigos no intentarán nada sobre esta plaza en vista de la
inutilidad de sus esfuerzos. Al retirarse les fueron tomados dos oficiales;
los subtenientes Gregorio Rodriguez y Juan Nogueira.
" Se les han hecho varios muertos y debe ser crecido el número de heri–
dos.
" Nosotros hemos tenido muy pocas pérdidas.
" Es todo lo que tengo que participar
á:
V. E.
a
quien Dios guarde
muchos años.
Trifon Estevan.
" P. D.-En el momento de cerrar la presente, me traen parte de que esta
mañana en Lamorvonais, saladero situado en el Arroyo Negro, se desem–
barcaron de 30 á 40 heridos, entre ellos un Comandante ó Coronel Layera–
Vale."
"
Escuadrilla Nacional
" Puerto de Paysandú, Noviembre 14 de 1881.
Excmo. señor:
" En 6 del corriente, como V. E. sabe, zarpé con el
Coquiºmbo
de ese
puerto, llevando á bordo al M<iyor i..avalleja con el resto del batallon r• de
G. G. N. N. y con órden de S. E. el S r. Presidente de no obstante ser esa
fuerza para el Salto donde debia incorporarse al batallon de guarnicion allí,
desembarcarla donde fuera necesario, para protejer alguna guarnicion en
peligro.
" Llegado á Paysandú el dia 8, el Comandante Militar del puerto me enca–
reció la necesidad de refuerzos para la plaza, asegurándome existia en las
inmediaciones una fuerte columna enemiga, y sin embargo que las noticias del
Salto me confümaban en la creencia de que el enemigo no habia salido de
aquel departamento, consideré conveniente, visto los temores del Comandante
Militar, de desembarcar al Mayor Lavalleja con la fuerza á sus órdenes, y
ese mismo dia me puse en marcha para el Salto, á donde llegué á la una de
la manana del dia 9.
El
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salí del Salto con el Teniente Coronel D. Eugenio Fonda, Coman-