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" Como estamo
tan inmediato
á
la linea, han
ufrido una de ercion e. pan–
tosa
y
por donde quiera que cruzan van
ufriendo lo mi mo. Para mi lo blan–
cos, señor, no pelean en ninguna parte, lo único que hacen es, por todo
lo
puntos donde pasan, cobrar la contribucion directa
y
llevar e cuanto animal
caballar encuentran.
" Tampoco ya no se ocupan de tomar gente para el servicio,
reunir bastante dinero para los
j efes principales, que son
lo
llevar la bolsa llena cuando se vayan.
solo píen an
que han de
" A sus soldados les van haciendo creer que va.a buscando campo pnra pe·
leamos; ni lo encontraran tampoco, porque no nos han de dar mas batalln.
Solo puede hacer algo con alguna fuerza pequeña que enCl!entren por donde
van en
la
disparada que llevan.
1 '
Nuestros soldados estan ansiosos de encontrarlos, porque
tienen el con·
vencimiento de vencerlos,
y
que de ahí vendria Ja terminacion de la guerra.
" Es todo lo que por ahora tiene que comunicarle este S. S .
Nicaslo Borges,
" Salto, Abril
1 1
de 18 7 r.
" El
2
y
3 del actual, Aparicio con
2500
hombres
á
lo sumo, terminó su
pasaje por la parte Sud de la sierra de Tacuarembó, campos del General
Osorio. Marchó en seguida, acampando en las puntas de Mataojo Grande.
" Despues de mil empeños para hostilizar al enemigo desmoralizado, res–
ponsabilizándose por
el
éxito el General Borges, se desprendieron á las órde–
nes del Coronel Coronado las divisiones de Paysandú
y
alto, llegando el 4
á legua
y
media del ponderado ejército blanco que al sentirnos se puso en
movimiento tomando la cuchilla que pasa por la estancia de Juan Duarte, co–
nocido por el
Zapatero,
en direccion al Paso de los Toros del Rio Negro.
" Coronado, siempre audaz, dejó
la division Paysandú á retaguardia de
Aparicio
y
con la del
alto se dirijió al encuentro de Benitez, que se encon–
traba en Mataperros
y
procuraba incorporarse á Aparicio.
El 6 llegaba Beni–
tez al paso del Horno {Arapey)
y
sus avanzadas al Mataojo, las que fueron
corridas por el escuadron Viera.
Benitez se puso en fuga hácia Mataperros,
y
entonces Coronado envió en su persecucion los escuadrones de Lopez
y
Soto. Este último, cuyo arrojo es proverbial, dió alcance á un Mayor Velez
con 60 entre-rianos, los que formaron
á
pié apoyando Ja espalda en un bos–
que; Soto hizo otro
tanto
y
cargando
á
lanza
los dispersó completamente,
tomando
2
prisioneros,
1
bandera entre-riana
y
40 caballos ensillados, incluso
el del jefe.
" Benitez marcha Arapey Chico abajo, perseguido por Reyna, Lopez
y
Soto.
" Ayer he tenido carta de Coronado; se encuentra en el paso de la Laguna
del Arapey.
Tan pronto como
e reunan nuevamente las fuerzqs que hemos
tenido que fraccionar en persecucion de las muchas partidas de
~lancos
que
vivaqueaban en este departamento, nos pondremos en marcha buscando
la