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30 -

" Como estamo

tan inmediato

á

la linea, han

ufrido una de ercion e. pan–

tosa

y

por donde quiera que cruzan van

ufriendo lo mi mo. Para mi lo blan–

cos, señor, no pelean en ninguna parte, lo único que hacen es, por todo

lo

puntos donde pasan, cobrar la contribucion directa

y

llevar e cuanto animal

caballar encuentran.

" Tampoco ya no se ocupan de tomar gente para el servicio,

reunir bastante dinero para los

j efes principales, que son

lo

llevar la bolsa llena cuando se vayan.

solo píen an

que han de

" A sus soldados les van haciendo creer que va.a buscando campo pnra pe·

leamos; ni lo encontraran tampoco, porque no nos han de dar mas batalln.

Solo puede hacer algo con alguna fuerza pequeña que enCl!entren por donde

van en

la

disparada que llevan.

1 '

Nuestros soldados estan ansiosos de encontrarlos, porque

tienen el con·

vencimiento de vencerlos,

y

que de ahí vendria Ja terminacion de la guerra.

" Es todo lo que por ahora tiene que comunicarle este S. S .

Nicaslo Borges,

" Salto, Abril

1 1

de 18 7 r.

" El

2

y

3 del actual, Aparicio con

2500

hombres

á

lo sumo, terminó su

pasaje por la parte Sud de la sierra de Tacuarembó, campos del General

Osorio. Marchó en seguida, acampando en las puntas de Mataojo Grande.

" Despues de mil empeños para hostilizar al enemigo desmoralizado, res–

ponsabilizándose por

el

éxito el General Borges, se desprendieron á las órde–

nes del Coronel Coronado las divisiones de Paysandú

y

alto, llegando el 4

á legua

y

media del ponderado ejército blanco que al sentirnos se puso en

movimiento tomando la cuchilla que pasa por la estancia de Juan Duarte, co–

nocido por el

Zapatero,

en direccion al Paso de los Toros del Rio Negro.

" Coronado, siempre audaz, dejó

la division Paysandú á retaguardia de

Aparicio

y

con la del

alto se dirijió al encuentro de Benitez, que se encon–

traba en Mataperros

y

procuraba incorporarse á Aparicio.

El 6 llegaba Beni–

tez al paso del Horno {Arapey)

y

sus avanzadas al Mataojo, las que fueron

corridas por el escuadron Viera.

Benitez se puso en fuga hácia Mataperros,

y

entonces Coronado envió en su persecucion los escuadrones de Lopez

y

Soto. Este último, cuyo arrojo es proverbial, dió alcance á un Mayor Velez

con 60 entre-rianos, los que formaron

á

pié apoyando Ja espalda en un bos–

que; Soto hizo otro

tanto

y

cargando

á

lanza

los dispersó completamente,

tomando

2

prisioneros,

1

bandera entre-riana

y

40 caballos ensillados, incluso

el del jefe.

" Benitez marcha Arapey Chico abajo, perseguido por Reyna, Lopez

y

Soto.

" Ayer he tenido carta de Coronado; se encuentra en el paso de la Laguna

del Arapey.

Tan pronto como

e reunan nuevamente las fuerzqs que hemos

tenido que fraccionar en persecucion de las muchas partidas de

~lancos

que

vivaqueaban en este departamento, nos pondremos en marcha buscando

la