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cultural; con estas cosas, él recibió las inspiraciones her–
mosas para componer sus muchas canciones y ceremonias.
Los peces, los animales, los pájaros, le enseñaron cómo se1·
valiente y leal.
Pero esta libertad y vida feliz ya desaparecieron, y la
hogueras del Piel Roja se están extinguiendo. Debemos
encender nuevamente la hoguera, no debe apagarse! Por–
que cuando mi pueblo haya olvidado la música con la que
nuestros antépasados cantaron y danzaron; cuando el monó–
tono sonido
de~
"Tom-tom" del indio haya desaparecido ;
cuando las melodías del canto y de la flauta . . . entonces
verdaderamente seremos un pueblo olvidado.
Cuando no podamos narrar a nuestros descendientes
Jos hechos herorcos de nuestros próceres, generales, sabio. ,
profetas y soldados; cuando la madre ·india no pueda arru–
llar cariñosamente a sus hijos en sus braz-os y contr¡t
su
pecho; entonces el hombre 9lanco habrá realizado definiti–
vamente ñuestro estrangulamiento y ya no seremos mere–
cedores de la denominación de "Indio Americano".
Cuando ya no sepamos cómo se siembra el maíz blanco,
calabazas, patatas, tomates y tabaco, entonces habremos
abandonado la
~elebracfón
de la sagraCia fiesta dB Amor .. .
nuestros cuerpos perecerán y nuestros espíritu
se perde-
rán en la l)lada. ·
'
Cuando mi pueblo haya olvidado completamente sus
bellas artes y oficios,
su~
símbolos, su escritura gráfica
y
su lenguaje mímico. . . entonces merecerá ser llamado un
pueblo de perezosos.
Cuando ya no podamos conversar c011 los animales, pá–
jaros, árboles, flores y hierbas . .. entonces, verdadéramen–
te constituiremos una raza degenerada.
Cuando hayamos abandonado por completo nuestra ma–
dre lengua para sustituirla por una extranjera; cuando ya
no veneremos al
Gra~
Espíritu ... entonces seremos una ra–
za desvergonzada e innoble.
Cuando mi pueblo se rehuse a contribuir en forjar una
hermandad más noble y de más comprensión entre
ellos