'
1
'
-5-
1
Dr. Sagarna, a v.uestro espíritu inqui.eto
y
ávido de actividad, no sa–
tisfacen segura'mente los numerosos autos
y
considerandos de los com–
plicados problemas jurídicos; nacísteis con vocación para enseñar
y,
por
un -raro privilegio del destirw habéis elegido esta Casa para ejercer una
vez más, lo que en Vos fué una vocación innata
y
no una circunstancia
casual.
-
Con úna emoc1on, que no tengo por qué ocultar, os pongo en posesión
de la cátedra e interpt:etando el sentir de Profesoras y alumnas, al que
uno el mío propio, os doy las más efusivas gracias.
Exmo. Señor Ministro de justicia e
1
nstrucción Pública: Vuestra pre–
sencia en .este acto rubrica la simpatía con que honrais a esta Casa de
Estudios, al mismo tiempo que evidencia l·a distinción de vuestro espí ritu
selecto, siempre alerta en procura del progreso de la cultura nacional.
Llegue, pues, hasta Vos, la expresión sincera de nuestra gra-titud por todo
cuanto os debemos, y, en esta circunstancia, por el singular relieve que
habéis querido dar a la inauguraci ón de este curso, que no tan sólo ha–
béis autorizado, sino que habéis qu erido presidir.
LECCION INAUGURAL
Miércoles
11
de Abril de
1934.
Explicación preliminar.- Evocaciones tetracentenarias :
a) Caída del
Tahuantinsuyu en Cajamarca; b) Fundación .española del Cuzco;, e) Fun–
dación de Lima.
1I
Rastros
y
signos de la Cultura Incaic a, en la Argentina:
a) En la len–
gua; b) en la raza; e) en las designaciones geográficas; d) en el arte;
e) en algunos probl.emJs jurídicos, económicos y sociales.
Por otra parte, la amistad y cooperación entre pueblos impone el co–
nocjmiento mutuo en toda su realidad y, sip conocer al Tahuantinsuyu, no
podemos conocer al Perú.
Una
Asambl.eade Inspectores, Rectores, Directores, Profesores de En–
señanza Secundaria, Normal y Especial, ha resuelto , entre otras
cuestion~s,
que es necesario ampliar, acentuar e intensificar .el estudio de la Historia,
la Geografía y la lnstrucci,ón Cívica Nacional para tener una más clara
e ilustrada conciencia de su personalidad argentina y de los
deb~res
que
comporta para el joven estudiante de nuestros institutos docentes.
A
'mi
me parece bien tal resolución, que auspicia deCididamente el
Poder Ejecutivo de la
Repúbli.ca;ese pe,nsamiento animó toda mi vida
y
la puse en práctica en la docencia particular y oficial, en todos los gra–
dos·
y
ciclos, desde la Escu.elita primaria de Mr. Morris donde dictaba,
gratuitamente, una clase de historia e instrucción cívica argentina desde