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Varias dudas sobre el divino origen de los
Inc~s
encontramos
en la literatura, y Guaman Poma de Ayala (8) va al extremo ilc
decir que su familia
Y<tl'ovilc~t
ha salido del C<tp:te- toco de Paca–
rictampu antes do los Incas y que le corresponde el título de:
«Üapac apu huantuhnan rampahuan pacarim11c apn•, lo que en cas–
tellano significa: Poderoso señor con trono (duho) y anda, señor de
descendencia (divina). Hnaman Poma, aunque se jacta de deseen·
cia incásica por p:ute materna, dice que el primer Inca era:
«Anti-gualla- paca- parimoc» , es decir «Hijo ilegítimo do una
bruja de los Andes».
En resumidas cuentas se ve que la opinión sobre la persona
del primer Inca estaba dividida y lo que sabamos no es más que
la forma oficial y la opinión de la aristocracia inilia, sin tener en
cuenta el primitivo significado de la palabra Manco.
A más de la forma Manco, existe el título de
M~llque
o Mall–
qui que a veces se tiene por sinónimo; pero no lo creo así, pon¡ ue
Mallqui proviene do mallquini = plantar, trasplantar
y
a8Í signifi ca
-Vástago-de ilustre familia, mientras que he tratado de aproxi–
mar la voz Manco al orden numérico de descendencia.
Ayar Auca aparece como el primero de la familia real quo
. tomó posesión del Cuzco y según Morúa quien le ll am<l Hu anca (mo·
jón) fué el primer rey. La p<tl:tbra Aucac significa guerrero
y
Au–
qui es príncipe real y así esta personificación, tal vez puede haber
conservado el hecho que los Incas con las armas entraron al Cuzco.
Mientras que los nombres de Ayar Manco y Ayar Auca ta!vez
contengan un fondo histórico, parece que los nombres de
Ay~tr
Uchu
y Ayar Cache (pimienta y sal) se habrán agregado más tarde a la
leyenda incásica. Habrá influido el concepto sagrado del número
cuatro que encontramos en Tahuantinsuyo =los cuatro países unidos
según las cuatro direcciones del mundo- norte, sur, este
y
oeste –
Tahua en la lengua del Cuzco es igual a «chuscu• =cuatro, en los
dialectos del norte.
La idea de considerar el Cuzco coino centro del mundo, nacida.
todavía entre los estrechos linderos de los primeros Incas, ya no po–
día sostenerse en las alturas del Cañar y se explica el proyecto de
formar en Quito una segunda Capital. Las últimas conquistas eran
la ruina del imperio que no podía sostener la idea del «8apa-Inca»
(único Señor) en tan vasto territorio.
Respecto a Ayar Cache y Ayar Uchn, creo que es probable
que al principio nada tienen que hacer con la leyenda de los Incas
-a veces se confunden-y es posible que sean restos adoptados de
los antiguos pobladores del valle y su religión, que quedaron como
Huacas en el culto de los Incas.
Según la tradición, se encerró o se enterró vivo Ayar Cache en
la cueva de Capactoco, porque su valor y fuerza causaron miedo a
los hermanos. Según otras versiones fué Mama Huaco la que le
mató por cierto desacato. También confundiéndose con Ayar Uchu,
refieren que se les apareció volando para hacer prescripciones reli–
giosas. Pero siempre es la figura más oscura de la leyenda.
Ayar Uchn, a quien Morúa llama Huanacauri, es la represen·