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fi]LiAN SANTISTEBAN OCHOA
el santo Arzobispo Toribio de Mogrovejo. En la arquidiócesis limeña no
fué
menos diligente pastor de almas, gran organizadQr
y
fundador de h ospitales
e
L'l.Stituciones que sería larg-o enumerar. Fué un exponente de la religiosi–
dad
y
misticismo,
caract~rístico
del siglo XVII.
En
su tiempo fué canonizada
Santa Bosq.
s~
promovió la de Santo Toribio, y florecieron en la virtud el
P. Francisco del Castillo, el
jesuí~a
Fr. Juan Masías, Fr. Ma:Míri. de
· Porr~.
y.
otros.
Sin embargo, el arzobispo Villagómez
tuvo
púbHcas desacuerdos, y has–
ta sufrió desaires, con el Vfuey don Enrique de Guzmán, Cond e de .lÜba de
Liste, por preemi.nj3ncias
y
otros motivos menores, sufriendq una 'multa real
de
2,000
pesos. Fué severísimo en la observancia de las buenas costumhrés
1
•
del clero, y penaba con ft,1ertes ·sanciones a los infractores. •
Después de administrar treinta años su dilatada e importante arquidlóce–
sis metropolitana, falleció el Dr.
Vill~g6mez,
a los 82 afias de edad, en Lima,
'el
12
de Mayo de
1671,
en terrándose· en la Iglesia -de las Agustinas del Prado.
La
célebre pastoral de Árequipa Jué ampliada con otra .en_Li;ma,, su fe-.
cha
25
de noviembre de
1547,
la que fué consultada con el P. Arriaga,
~1
doc.,
.tor Avendaño, autoridades al respeCto y que contribuyeron grandemente con
sus consejos
y
datos.
· ~·esta
pastoral
van agregadas 32 sermones en
kechua~
que se creyeron ser del Arzobispo, por formar un solo: cuerpo, pero- que re–
s:ultan ser del Dr.'Pernando de Avendaño, quien más tarde
f~é
ob isp o de San–
tiago de Chile.
1
Al respecto de la Pastoral de Villagómez, el reputado arqueólogo
A.
F••
Bandeller, nos dicE?: ''Dé este edicto que' el
Sr.
Villagómez ordenaba que los
visitqdores de caseríos indígenas indagasen diligentemente si éstos sustrae–
rán de los templos·
y
cementerios católicos los cadáveres de los ii'ldÍgehas que
•
•
1
morí.an·para llevarlos a sus antiguos sepulcros _de las montañas•; abuso
qué- ·
estaba ·en práctica
y
que preguntados por quá hacían tal. cosa, respon.díam
que los muertos estaban en la Iglesia con mucha pena apretados con tierra
y
que en el
~ampo está~
al aire libre .y no enterrados, tienen más .desaanso"''-
Entre sus obras
s~
citaba
tambi~n
U:na Relación del estado de lá
Igl~sia
de Lima, e:qviaqa al
Pa~a
Inocencia X, pero cuyo
~utór
es el
cron~sta
J:r:a:n-·
dscano Fr. Diego de Córdoba
y
Salinas,· quien la esc ribió por
1
encargo dei.
Arzobi~po.
¡"
,\
Citamos también ·c0mo escritos -del Dr. Villagómez, :varios Infodnes
de.
orden Eclesiástico
y
Canó~ico;
un· Catec;:ismo de la Doctrina Cristiana¡ las
yonstitúciones ·Slqodales de Arequipa de
1638
y
la -I).egla Consueta
p~ta
la
€atedral de
Arequipa~
un poema épico, la Vida de Gristo, aunque inferiO'r _a
la vida del Redentor del P. .A:gustinq peruano Femapdo Valverde, tenída
cCH
mo la mejor del habla castellana, .
y-
desg-raciadamente poco eonocida. -'T_aJl'h
bién escribió otro poema
épi~"sobre
la vida
d.e
Santo Toribio.
· '·-
27.-P.
Juan Anello Oliva
S.
r.-Bl P. Oliva, llamado también Giovann!,
Anelio Oliv;a, oació en la ciudad de Napoles, allá por los años, c:l.e
1572.
/
'