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LOS CRONISTAS DEL PERU

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masas estampas, conde se ven inhumanidades como la de un "mercado de

carne húmana" despachada por españÓles (láminas

de

la Colección de De

Bry).

De la obra de este exagerado dominico andaluz tomaron base para

es–

cribir Marmontel, su inexacta novelita

hi~tórica

sobre los incas; y Pudendorf,

V.oltaiFe-;

Paw

y

Raynal para denigrar la conquista hispana, sin recordár el

.exterminio de los indígenas en las colonias

ingi~as

y la introducción de la

esclavitud negra y aún de la blanca de los anglosajones y holandeses, como

muy bien lo demuestra el historiador argentino D. Rómuio D.

Carbi~,

en su

"Historia de la leyenda negra hispanoamerica_na", editada el! Buenos Aires

el año 1943.

·

Queda sentado pues el fanatismo del obispo de Chiapas, actitud que ja–

más da

resulta~os

positivos. La leyeQda ·negra no sólo perjudica a

~spaña

sino también a la América mestiza, y de aquella ha "'Surgido cierto complejo .

de inferioridad entre .los criollos y

m~stizos,

su propia autodenigración, por

sug,estión interesada de extraños, y también el desprecio de le:> nuestro de

parte

de

naciones extranjeras p..ara hacer ' valer mas sus ambiciones imperia–

listas contra las que debemos reaccionar. El gran crítico Menendez y

Pf~layo dice del padre Las Casas: "La grandeza ' del personaje no se niega, es

.grandeza rígida y angulosa, más de hombre de acción que de .hombfe de

pensamiento. Sus ideas

~ran

pocas y aferradas a su espíritu con tenacidad

1

de clavos, violenta y asperísima su condición; irascible y colérico su .tem-

peramento; intratable y rudo su fanatismo de escuela; hiperbólico

e

intempe–

rant~

su lenguaje,

~ezcla

de pedantería escolástica y de brutales injurias. La

claridad misma tomaba un dejo amargo al pasar por sus -labios". (Crítica lite–

raria, tomo II, Madrid 1895).

,

Apóstoles del lndio los nubo en la Amérioa de .estos tiempos. Bástenos

citar a Fr. Juan de Zumárraga y al obfspo

d~

Miohoacán don Vasco de Quiro- .

ga, en Méjico, o al mj.smo· Fr.

Vice~te

Valverde, en sus cartas poco conocí- ·

das

.Y

difundidas, como · obispo del Cusco, al arzobispo Santo

To~lbio

de Mo–

qroveio y a San Francisco Solano, en el Perú.

Respecto de le;> que toca como cronista del' Perú, se duda si estuvo y re–

sidió en esta tierra. Stis escritos son de segunda mano. En-ellos encontra-

1

mos huellas del Palentino, de Cieza y quizás de Garcilaso, con quien trató

en España.

Y

gran campo. habría tenido para su ac:ción redentora en el foco

del Perú

~ígena:

el obispado del Cusco, que él renunciara inexplicable–

mente.

24.- Licenciado Francisco

Falc6n.-Casi nada sabemos de la vida de este

ilustre y benemérito licenciado ,paladín de los iiJ,dios explotados del Pe:iú,

quien, con celo cristiano y espíritu de jurista,

defen~iiera

sus dereohtls ante

el Concilio Provincial de Lima, en 1582, presidido por el arzobispo Santo

Toribio de Mogrovejo. Si fué español o peruano podría ·averiguarse 'quizá en

los viejos archivos de San Marcos, qu'e nos darían la clave.

.

1