A GUISA
DE~PORTADA
--- :~
Como en·los asuntos de caráéter. sociol6gicolque a gran–
rles rasgos de tosco pincel tocamos en esta pequeña obra, tri·
buto pálido de nuestro ambr a la Rl!lig-ióa
i
a la Patria, nos
declaramos partidarios de la más legítima i auténtica demo–
cracia,
1~
democracia cris tiana; . i citamos en uno que otro
a~tículo que ha sido escrito o puliment::ido después de la publt–
caci6n en América del hermoso
DISCURSO. DE S. S. PIO
XII,
actualmente rein a nte,
EN
LA VISPERA DE LA
NAVIDAD DE x944,
ningún otro documento puede ser–
v ir como de p©rtico a esta modesta publicación, qt1e la
~e~·
donada pieza literaria, a l menos en cuanto a la parte pnnct–
pal:
que ya tendremos ocasión de publicarlo todo él en f!ltra
oportunidad.
Sexta navidad de guerra.
Benignítas et humanitas apparuit Salvatoris rwstri Dei
(Tít.
3, 4).
Por sexta vez desde el comienzo de la horrible
guerra la santa liturgia de Na vidad saluda ':!On estas pala–
bras, que exhalan serena paz, la vid.a entre nosotros del Dio.s
Salvador.
La
humilde y pobre cuna de Belén atrae con alt–
cientt! inefable la atenci ó n de todos los creyentes.
Hasta lo más profundo de los c0razones,
entenebtec~dos,
afligidos y abatidos, baja un torrente de luz y de
al~gría,
in–
vadiéndoles
-comp~etamente.
Vuelven a alzarse serenas las
trentes inclinadas, porque Na vid a d es la fiesta de la digniriad
· humana, la fiesta del
'' admirable intercaml>io, por
el
cual el
Creador
dt:l
género humano, t omanrfo
tm
cuerpo' vivo, se
rlh:–
nó nacer de
Ja
'Virgen,)'
CO!'J SU
venida nos donó
SU
divini-
dad" .
.
(Ant.
1
in
1
Ves p. in Circumc. Dom).
'
Pero nuestros ojos vuelan espontáneamente desde el es–
~lendoroso
Niño del portal al mundo que nos ro<;Jea, y la do–
lorida exclamación del
evan~elista
Juan sube a nuestrJS la–
bios:
"Lux in tenehri!> lucet et tenebra: eam non comprf'hen–
derr.rnt"
(lº,
1,
5); la luz res¡ila ndece eu medio de las tinieblas,
y las tinieblas no 'Ja han recibido.
Porque
de~gracia\i ame nte
también
es.tasexta vez la au–
rora de la Navidari se alza sobre campo
s de batalla cada día
más dilatados, sobre cementeri os en donde se acumulan cada
día más riumer bsos los despojos de la s víctimas, sobre tierras
desiertas en .dond
e escasas torres vacilantes señalan con su
silenciosa tristeza
1.asruinas de ciudades antes prósperas
y
fiorecieot('s y don
de camp'anas derribadas o arrebatadas ya
no despierba a los habit.antes con su alegre canto de Navi-
.
1