JOSE. MEJIA VALER,A
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ya
e!
campo donde reposarían eternan1ente. En consecuen–
~ía,
existían tantos cementerios como Ayllus había.
'Cabe hacer ahorá una expHcación. Hasta aquí
he
ha–
blado del Ayllu como la reunión
tota~
de ·todos los grados
de parentesco, cercanos ·o lejanos, siempre que tuvieran co–
nJo origen reconocido una Ruca común y a una determina–
da Pacarina. Pues bien, podría creerse que, al decir reunión,
todos los componentes estuvieran en una íntima conviven–
;cía, lo cual sería una apreciación falsa. Ya he citado los
casos en que .se juntaban los miembros de un ayllu, como
sucedía en las ceremonias del nombre
y
en los entierros,
fuera de los matrirnonios, que trataré más adelantes; ya en–
tonces se está vislumbrando que sit¡ esos acontecimientos
e'l Ayllu se encontraba disperso. Antes de pasar adelante
debo hacer incapié en la cronología. El Ayllu no existió
solamente durante la vigencia del Estado Inca sino que
f
ué,
precisamente, el fundamento para la constitución del Esta–
do; en consecuencia. hasta este momento me he reíerido so–
lamente a la organización social que existía eti vísperas de
Ja aparición del In.cario, lo cual no quiere decir que el origen
del Ay1lu no haya que buscar1o en los confines de los siglos.
En esta época, por lo menos, los miembros
d~
un Ayllu
estaban dispersos en familias monogámicas, formados en su
generalidad, por el padre,
Ia
madre y los hijos que no se hu–
bieran casado. (
18).
( 18)
Castro
y
Ortega Morejón._.;Relación, etc. Ob. cit., p. 147: ·
"y e este valle y su comarca se entendía una casa, marido
y
mujer y hijos, hasta que los hijos tengan chácara.
"l...a$1
casas.
-Las Antiguas Gentes, etc., Cap. Cap . XVIII p
1
O
7: "Los
de veinticinco años debajo que no eran casados, invitábanse
por una misma casa los. padres o deudos que los tenían a su
cargo, debajo de cuyo gobierno estaban y todos aquellos no
d
.
"
eran conta os smo por una casa · .