JOSE MEJIA VAl..ERA
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del
Ayl~u
estaban también ligadas a prácticas rituales que,
en síntesis, se traducían en la expresión ostensible del dolor
producido por la pérdida de un Ayllumasi, congregándose
¡por esto todo el Ayllu en casa del difunto a llorar con gran...
des muestras de pesadumbre y a beber chicha intensamente,
práctica indispensable en toda reunión o conmemoración.
Las ceremonias religiosas variaban de acuerdo con las
diferentes regiones. En
ln
Meseta del 'Callao, por los datos
ique he podido obtener, a la muerte de un ayllumasi se con–
gregaba toda la sociedad que descendía de la misrr.
.a
Huaca,
llevando presentes, ·en especial pequeños animales domésti–
cos y maíz. Con éste y con el que tuviera el difunto se pre-
1paraba la chicha en gran cantidad,
y
cuanta más fuera,
1nayor honra sería para el cadáver. Después de haber llo–
rado a gritos varios días se trasladaba el cuerpo, en proce–
.sión fúnebre y al són de cánticos y música apropiados, has–
ta el Cementerio de1 Ayl1\i en donde iría a descansar eterna–
n1ente. Junto con él colocaban los objetos de su propiedad
que hubieran sido apreciados y preferidos, y
~si
era hombre
y
tuvo en vida más de una mujer, mataban a una de ellas
o
la enterraban viva, para que acompañare a su marido en las
necesidades
·q_ue pudieran acosarle. Sobre esta práctica ·
v.olveré más adelante, cuando estudie el matritnónio.
Pero no solamente el cadáver necesitaba de su mujer,
sino también apetecía alimentación,
y
es por ello .que se colo–
. caba en el sepulcro todo lo necesario para evitarle mortifi–
caciones famélicas.
'(15)'.
En la costa, por lo rrienos, diez días después del entie...
rro, av que por regla general procedían las ceremonias ya
citadas, se juntaba nuevamente todo el
Ay.Huy
cogiendo al
( 15 )' Cieza de
J,.eóri.~rónica
General del Perú,
Oh.
cit., Cap.
C •