JOSE MEJIA VALERA
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y
que no mantuvo ningún contacto importante con el mun–
do exterior. No cabe duda -supone- que el\ ayllu primi–
tivo estuvo controlado únicámente por un cierto convenio
entre los jefes de las faID:ilias que componían los grupos.
~:n
estas circui:istancias no es posible que haya existido otra
organización social. 2
9 :
más adelante, el ayllu está sujeto
a
una autoridad externa, o a la inversa, había conseguidq
imponer su autoridad a uno o varios de los ayllus vecinos.
Los grupos de familias organizados y ligados en el ,primer
tiempo, se encontraban atacados de repente por un grupo
n1ás o menos numeroso. La defensa imponía la elección de
un ·Sinchi, esto es, un jefe de guerra. Al principio, cumplí- .
do su servicio,
1
etornaban al común del pueblo, pero cuando
el vigor guerrero se hizo general, la misión del Sinchi per–
dió su aspecto temporal, transformandose · en una jefatura
permanente. En el momento en que los sinchis se hacen je–
fes permanentes, la 'democracia de la primitiva etapa llegó
a
~u
fin: ,
pues ella no podía existir sino en condiciones de
paz completa.
Una de las más antiguas subdivisiones sociales que
~xistía
en la región andina --continúa analizando el autor–
era la designada .como hartan saya y hurin ·saya, y es muy
probable que haya surgido de las ·Conquistas; los vencedores
1
Se habrían establecido en la parcialidad hanan del valle de–
jando al pueblo vencido en grupo :aparte, llamado hurin.
En general la obra es demasiado hipotética, muy poco
aprovecha de las fuentes que tuvo a mano, de manera que
rarece .casi de valor.
Referente a la naturaleza genética de las divisiones
de Hanan
v
H urin es interesante, por su parentesco con ta
teoría de Úhle, la del etnólogo
inglés
RICARDO LAT-