cualquier evento eran ¡recostruí–
dos por sus comarcanos; la des·
gracia era sentida con
~a g~rotidad
fraterna que
rara vez
se vió en lo!J pueblos de la Tie–
rra! ....
1
aún en
~as
conquistas, ja–
más se trató
de arra::'ar con los
rebeldes:
un sentido
de noble
humanidad,
se oponía
a toda
cruel carnicería.
, ¿Qué gobierno
lucha así, ahora, por ensanchalr
~ur
tierras
i sembrar entre sus
pueblos la comodidad i el bien·
estar}
¿Qué
disculpa
la
feroz
carnicería que hacen los gobier–
nos de hoi, con sus propior. pue–
blos, cuando;
expoliados i ex–
plotados se levantan
en !Ón de
justísima
protesta? ... . Las ba–
vonetas uon
el
pan que la Civi–
lización de
la que estamos en–
greídos, da a
los pueb1los ham·
brientos i desarrapados! ....
Cunow critica
a Robertson,
porque dice que el hombre mo–
ral en
el
Imperio fue superior a•l
hombre moral
europeo;
i los
nuevos buceadores
de
~a
cultu–
ra inkaica, creen
haber hallado
una verdaid incontestable,
al
a–
firmar que
d pueblo de los in–
kas fue un pueblo
autómata, i
que, por consiguiente,
es falso
~l
va•lor moral
que
~•e
asigna a
los habitantes del Imperio.
¿Qué significó
entonces la
noble humanidad
de sus istitu–
ciones? ... ; la hermandad en el
trabajo;
la fratP.rnidad
en la
desgracia,
la conmovedora hos–
·,pitalidad, que hoi mismo, reza-
gada i e . c:ondida
en los rinco–
nes de ,¡a Sierra
i en las incie-
menc1as de las alltas punas· son
la demencia
la
piedad
de,
Dios?
Muchos
han ollegado a
ia
cándida creencia
e qdue la" ge–
nerosa hospitalidad
que los. ta–
huantinsuyus
dieron a los Man–
cos, fue hija del temor, la ofren–
da
ai
esor. hombres qu¡e por ver-.
los de pid blanca
los tomaron
po·r divinidades
emanadas
del
divino Luminar;
pero
¿es que
ignoran, entonces,
la violencia
con
q~e
•lor. blancos fueron ata–
cados, por
los
tahuantinsuyus,
desde Pastu
has~a
lot· .límites de
Chili, cuando se convencieron de
su deslealtad i su avaricia}
Sólo la
petulancia de •los
extranjeros pudo
haceries creer
que la dulce
hospita1idad i el
generoso canno
prodigado por
'los tahuantinsuyus, fueron el re–
sultado lógico de verlos reilum–
brar com
0
desprendidos del dios
Sol.
Desde ahí viene la falsa in–
terpretación que deiliberadamen–
te dieron a multitud de aspectos
de nues•ra gloriosa Historia, ter–
gwersándola
de manera apasio–
nada, en un
afán de aparecer
tos conductores de una civiliza-:
ción llena de beneficios para el
pueblo que iban a destruir.
¡T ahuantinsuyu
1
Dorado
pueblo de los lnkas: ¡quién pu–
diera volverte tus glorias i gran–
dezas!; amar feliz bajo tus fron–
dosos moUes; sentarse haráhuec,
en los bordes verdes de tus a–
cequias cantarinas; beber
el}
agua
pura de tus arroyos murmuran–
tes; perderse en los boscajes de