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se encaminaron hacia los ,distritos
qu~ ha~ían
de
conquis–
tar. Pasaron ClJ.arenta años de victorias
y
derrotas antes de
que los invasores atr.avesaran
~os
·muros del
~cuz.co.El vence–
dor se
U
amaba Manco
·Capa~c,
·como -el fundador ·de la·prim.e¡a
dinastia,/y su pijo sería el inca, hijo del
Sol,
ado
~a.dgpor
SlJS
súbditos como un dios. Según un poema épico de la época .
(siglo XIII), la viuda d,e est·e- primer
emperado~
tuvo la 'ins-
"
piración de colocar rayos. divinos sobre la fr·epte d·el
he~ede'J:o
al trono. En 12'60, ClJ!ango a su hijo Stnchi-Roka· (fúérza en–
volvente) 'correspondióel ·Cetro de oro, Mama Sipuk (mamá
arrugada) se propuso demostrar el origen divino de sil vás1"'
· tago.
¡C~uánta
.glo·ria para ella el haber sido la esposa ' del
'Sol! ¡Qrué brillante ·porv-enir par.a su hijo al sér proclamado,
por el cielo, rey sobre. la tierra·! Entonces... .
Una t3¡rde, secr·etament.e, conduce a su hijo hasta una
cav-erna ;en la colina vecina a la ciudad, donde- ·existía el
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primitivo santuario del astro del día. AHí oculto, el mucha-
cho recibe las instrucciones necesarias para la f·eliz
· realiZ~a
ción de la superchería que su madr.e ha ideado.
Al día siguiente ella convoca al pueblo
y
explica: "Ulti..–
mam-ente, m··entras
s~inchí-Roka
dormía en lo alto de ·aoue–
lla ·colina, d€Sc·endió hasta él su padre eJ Sol, y, .envolvién–
doJ.o en su luz dora/da, se lo l!evó por los aires, a fin de ·
instruirlo en su.s deberes de monarca. Dentro de-cuatro días
volverá a d-ejarlo para que sea el soberano de esta tierra".
El pueb]o creyó el relato de Mama 'Sipuk y hubo gran re–
gocijo en la ciudad.
Al cuarto día, Mama Sipuk y una tía de
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jov-en príncipe
pa:s:aro·n la m-añana ofreciendo sacrificios al Sol a fin de ob–
tener -el regreso del desaparecido. A mediodía, en una salien–
te rocosa de la sag-rada colina, apar·eció un ser radiant·e:
¡.Sinchi-Roka, que, totalmente cubierto de láminas de oro
y
de pi·edras pflec.iosas, resplandecía, ·en pleno so1!
'
/
Ante esta visión, la ·pobla·ción acude al pi-e del promon-
'torio, ca·e de ·rodilJas nena de veneractón y de- júbilo, y
re~
co~noce
en la madre de'l privilegiado a la ·
espo.sadel Sül. ¡.Pe·ro -·
:..
la
r~~plande·cirente
apari·ción s1e había eclipsado como por en–
canto!
Al atardecer, la astuta mujer
~ué
a ver a su ' hijo ·Y le
ordenó que al día siguiente recomenzat;a el mismo juego.
D·e madrugada, de nuevo empieza sus ofrendas de víc–
ti'ma.s y perfumes -en honor del astro dio.s. E1 pueblo la rodea
y reclama al soberano. A mediodía., de nuevo aparec·e Sinchi-
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