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28

Revista del Museo Nacional : Tomo

XIV.

El hombre primitivo, fué extraordinariamen te se nsi ble a los variados pro–

ced imientos de sugestión q u e fu eron de práctica rit ua l en el a rsen al de procedi–

mien tos q ue utilizaba la medici n a mágica y los que la ejercita'ron: los jampecc,

M aic sa, Camasccas, Soncoyoc, apóstoles de la t au ma turgia .

La med icina inc aica, fué d el tipo de las med'¡cin as primiti vas , com o lo fue–

ron todas aquellas que se enseño rearon en el Contin ent e americ an'o, p'ri ncipa l–

mente las más ava nzadas: la azteca, la ma)' a, sus congén er es. Los aonocimiontos

q u e 'tuvi ero n los representantes de l arte de cura r, fu eron escasos, predominan–

do la medicina mágica y a teniéndos'e pr·in cipa lme nte a " lo so br en a tu ral", en el

trat amie nto de las enfe rmedades. De alH emana o tr o inter esant e aspec t o de esta

medi cina: pueb lo primitivo, medici n a mágica, facto r demoni aco en la génesis de

la enfermed ad y factor sobrena tural, para ayuda r a dest'erra r los males. D e aquí

emerge este gran capít ulo, el de las cur aciones por las fue rzas del espíri t u, eter n as

como l a hum an idad, procedimie n tos negados por unos y t ratado fr agmenta ria–

men te por otros.

Es verdad, que de la primeras civilizacion es del P erú, queda n rast ros

ind elebles. Y que esas civilizaciones, fueron, adela nt adas pa r a su época, como lo

pru eba el estudio etnológico comparativo. Testigos mudos de esos hec hos, son los

monumentos grandiosos, que revelan adel anto dda inge niería. E s de admira r su

o rganización política; su obras de texil ería, que causan a hora admirac ión por

el colorido inmutable que desafia al tiempo. Su estu pe nda cerámica. Su música

t rist e y melancólica, de sutiles me lodías, exponente de un es t ado de án i mo t ris t e,

q ue h ace n decir a Burga

(1),

q ue todo esto es fiel trasu n tador, "de las múltiples

emociones del alma humana" . Esta misma emoció n ll evada al terreno li te r ario,

ori gina ensayos y obras de relieve: "fuerza en la épica, emoc ión en la lí rica e in–

t ensidad que llega a la grandeza en la dramática . R ealid ad y fan t as,ía, inge nu id ad

y sentimiento, notoria predisposición li t era ria y hasta cierto gr ado de bu en gus–

t o para perfeccion ar la forma: fina intención, agudeza en el decir, lucimien to pa–

r a capta r sensaciones y crear imágenes . ... ". Ta les las ca r ac terísticas litera ri as

y

poé ticas de la r aza india, en aquellas épocas de apogeo, cu a ndo sus inspi rados

h ar '\;ve cs, co mp usieron las inmo r ta les es tr ofas del Oll an t a y

el

Usca P au ca r.

Pe–

ro si es t o ca uti va desde el pun'to de vis t a del a rt e, no es de extr a ñ ar q ue así s u–

ceda, pu es, como afi rman los a ntr opólogos, los pri meros a rti s t as qu e a p a recie ron

por el mundo, fu eron los ya lej a nos de la edad del R eno, mu chos mil es ant es que

los Ca ldeos y Egipci os .

Si es t e sentimi ento a r tíst ico es tuvo d esa rroll ado, en form a rel a tiva, no ca–

be s uponer io mi s mo en cu anto a las cie1n cias, pu es, co mo és t as n ace n de la obse r-

B URGA, N AP OL EON

M.-La literatura en el Perú de los In cas . Lima, 1940.