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les de americanistas; en América, el "Boletín de la .Sociedad
Ecuatoriana de Estudios Históricos Americanos" de
Qui~o,
·co1ítinuado por el
~"~Boletín
de la Academia Nacional de His–
toria'', la "Revista Histórica" de Lima, la uRevista Inca", la
"R'evista
Universitaria~'
de Lima, el "Mercurio
Peru~no"
y
la
~~Revista
Universitaria" del .Cuzco. En estas revi$tas en–
contramos estudios firmados por eminentes americanistas,
tales como Verneau, Rivet, de Cr.équi-Montfort, Berthon,
Nordenskiold, Hrdlichka, Max Uhle, Otto van Buchwald,
Ainsworth Means, Jijón
y
Caamaño, De
la Riva-Agftero,'
González de la Rosa, H. Urteaga, Debenedetti, C. Ugarte,
etc~
Y ahora que hemos enumerado a los autores que han
hablado de los incas · nos quedaría por citar a .los que debie-
ran ha er hablado de ello
y
q e
lo an hechó: Durkheim,
Giddin s,
ct ·t
tl
.
!'..
nmira, Adler,
Conrad P
peruanos. Entre
los eco
m
Costa se han
d_~gnad
algunas
líneas.
Este
S.l
enc1o se explica si se piensa en las dificultades
que presenta el estudio de las instituciones _sociales del Pe,–
rú precolomb1no. La masa enorme de documentos de des–
ip-ual valor, 80bre los que hemos lanzado una breve ojeada,
.
.
desa~ima
al investigador; entre los antiguos autores, muchos
son desesperantes por su extensión
y
desoladores por su
ingenuidad; entre los modernos, muchos · ev-itan prófundi-
-
zar las cuestiones económicas
o
sostienen tesis preconcebi–
das. Sin embargo, nosotros encontraremos en todo algo qu.e
espigar; sus mismas contradicciones e incertidumbres nos
pondrán sobr:e la vía de la .verdad.
¿No es paradójico que en nuestro tiempo se ·persista
toda:vta en tomar como ejemplos de socialismo de Estado
o
de colectivismo agrario a la Esparta de Licürgá
o
a los
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,