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o
u
I
S
B
A
D
I
N
14),
oqra escrita hacia el año
1605,
no nos suministra indi–
caciones. Nos será más útil el padre Martín de Morua, cuya
vida es poco conocida, pero cuya obra es· muy importqnte.
Perteneciendo a la Orden de la Merced, Morua residió largo
tiempo en el Cuzco y en Capachica, a orillas del lago Titica–
ca. Terminó, en
1590,
su "Historia del origen y geneologia
real de los Reyes Incas del Perú, de sus hechos, costumbres,
trajes y manera de gobierno", vasta crónica y la única en
que el lector encuentra la historia de las reinas y la de
Z.osgra~des
capitanes. E'ste texto ha sido reproducido en la "Co–
lección de libros referentes a la historia del Perú" (segunda
serie, ·tomo 4).
~1
orua nos habla del _régimen económico y
social de los incas, pero se repite a veces, se contradice,
y
varias
las injormac ·ones ue suministra
s.on·
evidente-
.
1
1
mente rr eas.
Fray Antonio
isaca (Bolivia),
""''
0
--..,a
u a "Crónica mo-
an Agust en el Perú .con sucesos
ejemplare·s vistos en esta monarquía", aparecida en Barce–
lona en
1-638,
y que, según las expresiones de De la Riva–
Agü~ro,
es un "revoltijo monstruoso de disertaciones devo–
tas, de glosas, de rasgos de ingenio a lo Góngora, de geo–
grafía, de historia
y
de hechos conventuales" (1). Pocos
libros hay ciertamente tan fastidiosos como éste, aun en la
literatura hispano-peruaná. Las notas ingenuas y los fnter ..
minables sermones c.ansan al lector más valeroso
(~).
(1)
De la Riva-Agüero, ''La his toria en el Perú", Lima,
1910.
René
Moreno, en "Bolivia
y
•Pel'lú" (Sant iago de Chile,
1905),
compara a
Ca–
lancha con Hetanzos; éstos <los escritores son, sin embargo, muy dife–
rentes
en
todos •los aspectos . siendo
el
segundo nruy superior al p ;rlmero.
(2)
Un religioso
franc~
ha tenido la ingeniosa idea de tra: ucir a
Calancba abreviándolo considerablemente :
''Histoire du Pérou, partie prin–
cipale des Antipodes et du Nouveau Munde '',
por un padre de la pro–
vlncia de Tolos,a , de
la.
orden de
San
Agustín,
1653. Se
ha publicado
una
traiduc-clón p rur clal,
en
l a tín, en
Am-bere.s,
en 1651.
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