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valle de Yucay; s·ea para r eposar ·en el curso de sus viajes,
como las plataformas dispu estas a lo largo de las carrete–
r·as; sea para construir allí ciudades, como Ma·chu-Pichu,
todo atestigua una búsqueda constante de la · belleza.
'
Hasta
es
probable que tuera para embellecer a
sus
hijos
por lo que
los i'?tdios
deformaba!~-
los
cráneos de los recién
nacidos, apretándolos entre planchas colocadas por los ha–
bitantas del Cozlao a
los
lados ·de la cabeza, y por
los
·ha–
bitantes de ta .costa en la trente y la nuca; entre los pri–
meros, la cara
~ra
estrechada,
y
entre los segundos, ensan-
.
chada.
u
Los indios -anota tristemente el padre Cobo- no
se contentaban con la cabeza que
Dios
les daba" (1). Se ha
tratado e explicar esta
e
jo
,
9'»-t:~.!n..:r:-A.
p
ciar las tribus
sido verdadera-
""'""'"·~
..llf'
ta
sus últimos lí-
,
í:li-n,llt'n i't:ru ,
enían por objeto
des.artol a
in .
s de
los indivi-
duos, moctzticanlt'o
envoltura material, idea común a
muchos -primitivos,
y
no es imposible que haya sido así ·en
ciertos casos,
ya
que Santa Cruz Pachacuti cuenta que el
inca Loque 'Y_upanqui ordenó apret,ár la cabeza de los re–
cién nacidos, de modo que se volviesen obedientes (3). Pero,
en general, el moldead0 de las cabezas provenía verosímil–
mente del deseo ·de conformar a los niños a cierto ideal de
belleza. Esta práctica, que .se vuelve a encontrar en otros
pueblos, por ejemplo entre
lo~s
paltas del E.cuador -de
( 1)
"Historia", lib.
14,
cap.
6.- M.
Mace-do,
"Las
deformaciones artifi–
ci-ales del cráneo en el antiguo Perú". "Revista Universitaria de Lima",
afio. 7, vol. .1, enero de
1912.
(2) Las Oasas
pre·tenáe que los habitantes tenían en cada provincia
una forma particular de cabeoo. Esto
es
manif·iestamente inexacto, pues
ningún otro cron1sta señala este hecho notable
("De
Iás
antiguas
gentes" ,
'p .
175).
(3)
''Re1actón", p.
253.
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