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A
u
LA DIVISION
DEL
TRABAJO
·".Plutarco
ee
equivoca cuando dice
que
no hay nadie .que no tenga nece–
sidad
de
la ciencia-
d.e.l
vecino..''
(Cobo,
"H~torla",
t.
Ill, lib. 14,
cap.
l5.)
·
D
I
La economía .familiar .
reinab~
todavia entre los qui-
.
.
.
chuas,
y
los incas la mantuvie.ron. ·
~lunperio
ofrecía el cu-
rioso espectáculo d.e una· civili2acfón que permanecía hostil
a la división d·el trabajo. Esta existia,, es verdad, entre· los
sexos, ·especializándose la mujer en el hilado
y
en los traba–
jos domésticos, pero
la regla. .era que cada uno debta producir ·
todo lo que le era
necesario~
alimento, vivienda, vestidos, ar-
mas. Los · -1
rimeros .personajes
y
los del inca mis-
lamados
a e
.~
e
a
e en el
traba~
n
0
lt
r
y
fabricar .
~ó~e
es poseian estos
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superior; a
.................. . u bas ·de la inicia-
ción (
h
a
cQ) ,
lo.s ca;
os
era
n i Bllos, como lo he-
.. mos visto, a- aorlcar armas, al menos aquellas que no exigian
el auxilio del fundidor,
y
sandalias con un
peda~o
de cuero
da llama o de fibras trenzadas (
1) .
N
o habla ·en el imperio ni sastres, ni. zapa.teros, ni ar–
meros
(2).
Existían~
sin ·embargo, art·esanos, en número reducido;
a quienes ·estaban confiados los trabajos que
exigi~n
conoci–
mientos particulares. Como dlce Acosta, sólo las artes
y
ofi–
cios que no eran indispensables a la vida tenían sus obreros
profesionales; orfebres, pintores, ceramistas; tejedores de te–
las finas (3). Era la .industria de lujo de la época,
y
eso expli-
,
(1) Garcilaso, "Comentarios", -lib.
6,
cap.
25~
(2) Garcilaso, "Comentarios", 'lib.
~
ca.p.
13.
(3) "Historia Naturaa",
t.
2,
li'b.
6, cap. 16.
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